7.10.2006

ISRAEL O LA ESQUIZOFRENIA COLECTIVA.

Por estos días el pueblo palestino vuelve a ser objeto de una de las demostraciones más bárbaras de la civilización contemporánea. Amparados en la hipocresía colectiva de algunos de los gobiernos mundiales y haciendo uso de la supremacía militar, de su alianza con los poderes mundiales y de su auto percepción de que han sido elegidos por algún dios para desarrollar un plan en la tierra del cual los únicos beneficiarios son ellos, los israelíes arrasan con todo, asesinan niños y civiles inocentes, destruyen viviendas completas de familiares de los miembros de la resistencia palestina y la infraestructura básica de poblados completos como castigo colectivo a un pueblo cuyo único delito es resistir una ocupación ilegal que dura ya casi 40 años.

Como si esto fuera poco hacen prisioneros a los miembros del gobierno y del legislativo palestino y tienen la desfachatez de acusarlos a ellos de terrorismo y exigirles que reconozcan el derecho a existir de Israel, antes de dialogar. Pero …quién debe reconocer a quién. Los palestinos no han bombardeado la sede del gobierno Israelí ni han tomado prisioneros a sus legisladores. No ocupan territorio de ese país ni torturan, ni matan a sus, ciudadanos, pero este mundo parece estar loco y al parecer, vive al revés.

Si hoy yo desapareciera por unos cuarenta días y al cabo de ello retornara a donde mis seres queridos, amigos, amigas y les planteara a ellos y a la sociedad toda, que he vivido una revelación de un nuevo dios, que sí es el verdadero y que este me ha prometido para mi y para mis descendientes, debido a mi lealtad y en desmedro de quienes la habitan hoy, una tierra estratégicamente ubicada, con excelentes proyecciones económicas y que resulta atractiva para gran parte de la humanidad, seguramente me tildarían de loco y no pocos de quienes me rodean se reirían en mi cara de mis falsas pretensiones.

Sin embargo, en virtud de la libertad de pensamiento y la tolerancia que, se dice, existe en el mundo contemporáneo, nadie haría nada por cambiar mi forma de pensar, ya que cada cual puede creer en lo que quiere y vivir según eso mientras no dañe ni atente contra los derechos esenciales de los otros.

Ahora bien, si además de asegurar que dicho dios me ha regalado una tierra en donde no vivo, asegurara yo que el mismo dios me ha instruido que vaya a ella con aquellos a quienes logre convencer de esta prometedora empresa y mate a todos y todas quienes viven en ella y decidan interponerse en mi camino hacia la realización del plan divino encomendado, que destruya sus casas y caminos, que viole a sus mujeres y niños, que sepulte su historia y elimine del mapa sus escuelas y la infraestructura que poseen para satisfacer sus necesidades básicas. Si, en definitiva, planteara a mis seguidores que el hecho de haber sido elegido con mis familiares y amigos por ese dios, para habitar esa tierra prometida, me da el derecho, sagrado por cierto, para aniquilar y destruir, violar y aterrorizar, humillar y violar a todos y todas quienes habiten ese territorio y decidan resistir mi invasión… no solo mis amigos sino que la sociedad en la que vivo, seguramente, intentaría aislarme y someterme a un tratamiento médico para que tratase de recuperar la cordura.

Pero si esto no fuera posible, seguramente me encerrarían en algún centro de rehabilitación para proteger a la sociedad del peligro que mi ideología reviste para la seguridad y los derechos de las personas, sin descontar a más de alguno que preferiría eliminarme por considerarme un peligro demasiado letal para la sociedad.

Ahora, si por ventura antes de ser detenido, algunas y algunos ciudadanos de este mundo me creyeran, ya fuera por indiferencia o por simple ignorancia, y lograra yo conformar una organización poderosa para llevar a cabo mis deseos y los de mi dios y para ello me aliara con los países más poderosos del mundo, que se interesarían por mi negocio, con la mira puesta en los beneficios que el control de dicho territorio pudiera significarles y desarrollara una invasión despiadada y arrasara con todo, con la complacencia y el silencio cómplice de los gobiernos del mundo, si todo eso pasara, nos encontraríamos con un caso similar, por no decir idéntico, al del Israel de hoy.

Claro está, seguramente nos encontraríamos con la resistencia de ese pueblo que desarrollaría todas las formas de lucha para enfrentar a esta demostración de soberbia y fuerza descontrolada en virtud de un engaño original que solo es comparable con la esquizofrenia. Pero yo y mis aliados habríamos desarrollado toda una maquinaria de desinformación mundial que sería capaz de acallar cualquier intento de la sociedad por llevar la verdad al mundo entero y podría yo seguir actuando en la más completa inmunidad.

Por supuesto, este engaño daría pauta para el surgimiento de otros engaños similares y más de alguien podría llegar a pensar que bienaventurados son los pobres y que tienen hambre y sed de justicia y que ellos serán beneficiados o saciados después de muertos si creen en otros dioses y aceptan con resignación su suerte en este mundo de locos; y otros llegarían a plantear que alguna guerra, por justa que pueda parecer, pudiera llegar a ser santa y que pueden haber bombardeos humanitarios y que las vidas humanas perdidas pueden llegar a ser daños colaterales o errores no intencionados.

Claro está, la esquizofrenia es una de las enfermedades mentales más serias que hoy conocemos y ocasiona una gran perturbación en las relaciones sociales de las personas que la sufren. Tiene tendencia a evolucionar hacia la cronicidad y no existe un tratamiento curativo en la actualidad, lográndose únicamente una remisión de los síntomas con el uso de antipsicóticos. Claramente hace 5000, 2006 y 1400 años, nadie la conocía y parece que la tardanza en descubrirla nos tiene prisioneros de una de las páginas más negras de la historia de la humanidad.
Los relatos que elaboran quienes padecen esta enfermedad pueden no ser confiables porque se detectan incongruencias que nadie es capaz de aclarar y en el curso de pensamiento pueden encontrarse las clásicas disgregaciones que son el resultado de incoherencias en las ideas. En el contenido del pensamiento se encuentran las ideas delirantes, que pueden ser de tipo paranoide, místico, religioso, de grandeza, de influencia extraña, de despersonalización o de desrealización.
Pero lo más dramático es cuando la esquizofrenia comienza a apoderarse de parte importante de una sociedad que cree que la injusticia termina siendo lo justo y comienza lo sano a parecer enfermo y disruptivo mientras lo enfermo, comienza a establecerse como lo sano y lo normal.

Hoy vemos a una sociedad completa que está enferma de odio y cegada por una ideología que ha provocado tal alteración de la realidad en sus entrañas y en sus cabezas; que violando a diario los más elementales derechos humanos del pueblo palestino sobre el cual han edificado su proyecto, supuestamente divino, se sienten víctimas.

Hoy asistimos a un discurso absolutamente esquizofrénico que ha reinventado la historia poniendo el inicio de la misma en el lugar que a ellos acomoda para justificar lo injustificable. Tratando de convencer al mundo que el culpable de todo es el terrorismo palestino y no una ocupación ilegal que dura más de 40 años y que ha mostrado un desprecio absoluto por el derecho internacional y por los más básicos derechos humanos y sin embargo, se sienten víctimas.

Hoy asistimos también a una comunidad universal que grita y rechaza tajantemente los atentados suicidas de los palestinos o el discurso fundamentalista de algunos musulmanes, o el programa nuclear de norcorea y de Iran pero que aplaude y tolera de manera cómplice los asesinatos de familias enteras y el castigo colectivo sobre un pueblo completo solo porque algunos de sus miembros han decidido resistir una injusticia sin igual en la historia contemporánea, solo comparable con el apharteid sudafricano o con el nazismo que bajo premisas similares a las utilizadas por los israelíes se arrogó el derecho de matar a los antepasados de los criminales de hoy.

Esa misma comunidad no hace nada cuando los países poderosos y algunos otros como Israel desarrollan sus armas de destrucción masiva, cuando mienten y cuando se arrogan el derecho a juzgar al mundo entero desde sus cómodos escritorios, en nombre de dios, algunas vírgenes y la libertad.

Claro está que mientras esta situación de esquizofrenia colectiva y este apego a dioses y discursos ideológicos continué como mínimo común denominador del pensamiento contemporáneo; mientras sigamos creyendo que la injustita es un regalo divino o que la guerra puede ser santa; no habrá posibilidad de hablar de paz justa y duradera ni en Palestina ni en cualquier parte del mundo, pues condición sine qua non para ella será que los pueblos abandonen esos discursos que en 5000 años de historia solo han generado muerte y destrucción. Mientras alguien crea que algún dios puede haber puesto los bienes en la tierra solo para un puñado de hombres y mujeres mientras los otros se debaten entre la pobreza, la desesperanza y la miseria no serán posibles ni las patrias inclusivas ni los mundos mejores para todos y para todas.

Mientras perdure la incapacidad de entendernos y mirarnos como iguales, depositarios del mismo derecho a vivir en paz, en la tierra que nos vio nacer a nosotros y a nuestros padres y mientras sigamos educando a las futuras generaciones en la mentira y en el dio hacia lo distinto, como una forma de ignorancia que provoca temor y que convierte a este mismo temor en el poder detrás del poder, seguiremos esperando quizá 5000 años más de enfrentamientos económicos expresados en forma de odios religiosos o falsas ideologías que se seguirán negando a ver las causas de los problemas mientras atienden rentablemente solo a los síntomas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y que tú opinas de Hamas y de su no reconocimiento del estado de Israel?

¿Y de Hamas y la esquizofrenia terrorista?

Daniel Jadue J. dijo...

Andrés.

Al parecer, has leido del texto solo lo que has querido, pues al paracer no has reparado en que mi crítica es a todos los discursos ideológicos de caracter religioso por igual. No creo en los pueblos elegidos,ni en las guerras santas ni en que los que tienen hambre y sed de justicia son bienaventurados y será saciados despues de muertos.

Tampoco comparto los métodos de Hammas y creo que le hacen mucho daño a la causa palestina, pero creo que es un resultado lógico de la política norteamericana e israelí para con el pueblo palestino.

Te recuerdo que cuando la OLP reconoció a Israel, Israel continuó con su política de exterminio físico y político hacia el pueblo palestino y ellos mismos le pusieron la lápida a todos los esfuerzos que su "socio en la paz", Yaser Arafat, realizó por llegar a una paz justa y dradera, cuando lo encerraron en su cuartel general y lo asesinaron de manera indirecta.

Pero más allá de todo esto lo importanes es reconocer que la razón fundamental del conflicto del medio oriente es la instalación de estado de Israel en tierra palestina, amparados en un discurso religioso de dudosa credibilidad y cuya fuerza legal es nula para quienes no creen en él. Si asi no fuera, el primer terrorista sería ese dios que se cree con el derecho deregalar lo que no es suyo y de andar a matar en nombre des plan divino.

Además quién importó el terrorismo contemporáneo a medio oriente fueron los israelíes que han sido gobernados por terroristas duante 60 años de vida como estado.

Antes fueron los cruzados y mucho antes, los pueblos que qisieroncontrolar el puente natural que une Asia, Africa y Europa, incluidos quienes invadieron la "tierra prometida de canaan", y tuvieron que enfrenarse a sus verdaderos dueños que vivien ahi por miles de años, cuando no se conocía la esquizofrenia y nadie reparó en lo absurdo y mal intencionado del discurso aquel.

Deseo recordarte por último, que antes del surgimiento del sionismo político que transparentó el discurso absurdo del sionismo religioso (1897), judios, cristianos y musulmanes vivian en paz y fraternidad en la región de Palestina y en esa época no existían discursos como los de Hammas entre los musulmanes pues este es una simple respuesta al fundamentalismo sionista que sigue creyendo en que ellos son los únicos elegidos por un dios en que la mayoría del mundo no cree y que eso les da el derecho de hacer lo mismo que los nazis hicieron con ellos.

Triste verdad?

La única posibilidad para la paz a otorga el fin de la sujeción a esos discursos y el establecimiento de un estado binacional con los mismos derechos y deberes para todas y todos los que quieran vivir en él.

Un aludo fraternal.

Anónimo dijo...

Creo en que cada uno de ellos merece un Estado, pero... ..no veo logica alguna y solo mera propaganda a lo que sigue: "Tampoco comparto los métodos de Hammas y creo que le hacen mucho daño a la causa palestina, pero creo que es un resultado lógico de la política norteamericana e israelí para con el pueblo palestino"

No, no hay lógica, ni consecuencia lógica: Hammas no reconoce al Estado de Israel. Y en concreto lo que afirmas es que Hammas está haciendo lo que es lógico e inevitable.

No, con Al Fatah se iba a la creación de esos dos estados.

Saludos

Daniel Jadue J. dijo...

Andrés:

La verdad, si a ti no te parece lógico que luego de 60 áños de ocupación, y de las peores violaciones a los derechos humanos que se hayan visto: de mostrar un desprecio absoluto para con el derecho internacional y los derechos humanos, y todo en nombre de dios, surjan en el lado opuesto grupos que pretendan vengar su suerte con metodos igual de atroces, afirmando que su dios es el verdadero y que su guerra es santa, es que no tienes sangre en las venas y tampoco conoces mucho el género humano y la cultura regional. Si efectivamente es la consecuencia lógica de la política norteamericana e israelí en la zona o acaso esperas que los palestinos se dejen aniquilar de brazos cruzados. Eso sería divino para algunos no? Para mi es lógico como lógica fue el levantamiento del Guetto de varsovia y otras historias similares que muestran el hastío y el desapego a la vida que generan situaciones bajo las cuales no vale la pena vivir.

Atte.
Daniel Jadue

Anónimo dijo...

¿Pero que fue primero?

Mahoma difundió la buena nueva con la espada.

Los extremistas musulmanes han elevado el terrorismo a niveles increíbles.

Israel no empujó a los mulsulmanes a nada.

No los impulsó a las Torres Gemelas.

A lo de Atocha en España.

A los atentados de Londres.

Al atentado en Rusia, en Indonesia.

El terrorismo no tiene justificación.

Si me hablas de guerras de liberación nacional ya eso es otra cosa: ataques a objetivos militares, alzamientos, huelgas, ya eso es otra cosa.

¿es lo mismo guerra que terrorismo?

¿es lo mismo lucha de liberación que terrorismo?

No, son ods cosas diferentes, con métodos diferentes.

Este terrorismo que ataca a civiles es propio del extremismo musulmán.

Saludos

Daniel Jadue J. dijo...

Andrés:

Como todos los partidarios de Israel tienes mala memoria y pones el inicio de la historia donde convienen a tus débiles argumentos.

Te olvidaste acaso de Deir Yasin, Qfur Kasem, y las 13 operaciones del Plan Dalet en el 48. Te olvidaste del Hotel King David que voló un ex primer ministro de Israel incluso ates de que se creara el estado sionista. Te olvidaste del barco cargado de inmigrantes judíos sobrevivientes del nazismo que el mismo Irgum (grupo paramilitar y terrorista sionista) hundió sacrificándolos para poder negociar la ocupación de Palestina. Te olvidaste del Haganah.

Te olvidaste que Hammas y Hezbolah nacieron solo en la década del 80, amparados por Israel en su lucha por desacreditar a la OLP como único y legítimo representante del pueblo palestino, 40 años después de iniciada la ocupación israelí de territorio palestino, 40 años después de violaciones constantes a todos los derechos humanos; 40 años después de una ocupación ilegal que según naciones unidas es homologable al apartheid sudafricano que fue la vergüenza del mundo civilizado.

Te olvidaste del apoyo incondicional que Israel brindó a todas las dictaduras latinoamericanas traspasándoles la tecnología para combatir el “terrorismo” de quienes luchaban en Latinoamérica por la libertad. Te olvidaste del asesinato del ex canciller de Allende, Letelier en donde participó el gobierno israelí.

Se te olvidaron muchas cosas y lamento decirte que en el negocio que tanto parece gustarte de contar muertos para justificar lo injustificable también ganan los palestinos con millares de muertos a manos del terrorismo sionista primero e israelí después.

Eres fiel representante de la esquizofrenia colectiva. Si bien todos os terrorismos son detestables no puedes comparar el que realizan grupos aislados con el que ejerce un estado como política sistemática de exterminio de todo un pueblo que lucha por sus legítimos derechos.

No comparto sus métodos y detesto la muerte de civiles inocentes pero no me pierdo en ubicar la causa verdadera de toda esta barbarie: Israel, su mentira original y su política de exterminio que dura ya 60 años.