Hace algunos días el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó a Corea del Norte por el ensayo nuclear que llevo a cabo, en su camino hacia la consecución de armas nucleares. Del mismo modo, hace ya rato que se viene preparando el camino para hacer lo mismo con Irán si es que insiste en desarrollar fuentes de energía nuclear con fines pacíficos, y a pesar de que hace años comparto con la mayoría el sueño de un mundo sin armas de destrucción masiva, lejos de alegrarme por estas determinaciones de la “comunidad Internacional”, me inundó la rabia por esta nueva muestra de hipocresía y prepotencia de los que se creen dueños del mundo.
Claramente esta resolución en contra de Corea del Norte y el hostigamiento sistemático hacia Irán, lejos de buscar erradicar del mundo las armas nucleares, solo pretende eternizar un mundo en donde solo unos pocos socios en el poder y la dominación que se auto designan dueños de la verdad y del mundo, tengan la capacidad militar para imponer al resto de la humanidad su visión de sociedad y sus intereses.
Claro está que los ensayos nucleares norcoreanos representan menos del 1% de los ensayos nucleares que se han realizado en el mundo y claro está que Corea del norte jamás ha lanzado una de estas bombas contra población alguna. Tampoco ha bombardeado o invadido a un país que no este en conflicto directo con él y menos a alguno de los países que evidentemente representan una amenaza real para su existencia. Tampoco ha mentido para llevar a cabo acciones militares cuyo único propósito es controlar recursos naturales de carácter estratégico ni ha promovido dictaduras militares ni ocupaciones militares extranjeras sobre territorios de otras naciones, ni nada por el estilo.
Claro está, además, que a los mismos que les molesta tanto que Corea del Norte desarrolle armas nucleares, no les molesta que Israel, EEUU, Francia, Inglaterra y otras potencias mundiales las tengan, como no les molesta que Israel viole a diario los derechos humanos de millones de palestinos que viven bajo ocupación hace ya más de 55 años. Esta nueva demostración de la hipocresía mundial, que le viene restando legitimidad y credibilidad a las Naciones Unidas hace ya mucho rato, me recordó la tibia reacción mundial al ensayo nuclear que realizó Francia hace un par de años. Claro, Francia posee derecho a veto en el mismo Consejo de Seguridad que acaba de condenar a NorCorea y habría bloqueado cualquier intento de imponer sanciones similares a estado francés como EEUU bloquea cualquier intento de condenar o sancionar a Israel, haga lo que haga.
De esta manera, queda claro que lo que esta decisión busca no es impedir la proliferación de armas nucleares. Lo que está en juego es el poder hegemónico de los defensores del capitalismo que se resisten a que cualquier visión alternativa de mundo tenga un poder disuasivo que haga más difícil, si no imposible, su eliminación y aniquilamiento por la vía de la supremacía militar y el ahogo económico como el que la “comunidad Internacional” le ha impuesto al gobierno palestino, elegido democráticamente a instancias de los mismos que hoy lo pretenden hacer fracasar.
La preocupación de quienes se arrogan la representatividad de “la comunidad internacional” no reside en el daño que las acciones norcoreanas le hacen al sueño que la mayoría de los seres humanos compartimos de construir un mundo sin armas de destrucción masiva. Su preocupación es que ninguno de aquellos que no se subordinan ciegamente a sus designios hipócritas y antidemocráticos y que combaten la acumulación vergonzosa de la riqueza y de los beneficios del modo de producción en cada vez menos manos, con todos los costos sociales y humanos que ello conlleva, posean la capacidad de inhibir las intenciones del imperio de atacar para imponer sus designios cuando sus proyecciones económicas y políticas fallan.
Así las cosas, hoy quiero públicamente apoyar a Corea del Norte, no porque esté de acuerdo con las armas nucleares sino porque realmente me tiene agotado la hipocresía, el doble estándar y las mentiras de quienes hoy dominan el mundo.
Además, como resulta evidene que un mundo sin armas nucleares es imposible hoy en día debido a los afanes hegemónicos de EEUU y sus aliados políticos, económicos y militares, solo podemos elegir entre un mundo con armas nucleares solamente en manos de los poderosos y un mundo en que los débiles y los pobres posean una capacidad disuasiva equivalente a la de los primeros, que les permita optar por los caminos que ellos estimen conveniente para mejorar localidad de vida y lograra el bienestar para sus pueblos, sin el temor a ser intervenidos, invadidos o derrocados por quienes no toleran las desviaciones a sus designios...
Yo, con dolor y algo esperanza, me quedo con el segundo y valido el lamentable derecho de todos los países del mundo a tener armas nucleares mientras EEUU, Israel y sus aliados no se deshagan de las suyas y de todas las otras armas de destrucción masiva que poseen y mientras el orden mundial y las Naciones Unidas, funcionen más como un instrumento de dominación mundial que como un .foro internacional democrático en donde todos y cada uno de los países miembros sean aceptados como iguales entre sus pares.
Claramente esta resolución en contra de Corea del Norte y el hostigamiento sistemático hacia Irán, lejos de buscar erradicar del mundo las armas nucleares, solo pretende eternizar un mundo en donde solo unos pocos socios en el poder y la dominación que se auto designan dueños de la verdad y del mundo, tengan la capacidad militar para imponer al resto de la humanidad su visión de sociedad y sus intereses.
Claro está que los ensayos nucleares norcoreanos representan menos del 1% de los ensayos nucleares que se han realizado en el mundo y claro está que Corea del norte jamás ha lanzado una de estas bombas contra población alguna. Tampoco ha bombardeado o invadido a un país que no este en conflicto directo con él y menos a alguno de los países que evidentemente representan una amenaza real para su existencia. Tampoco ha mentido para llevar a cabo acciones militares cuyo único propósito es controlar recursos naturales de carácter estratégico ni ha promovido dictaduras militares ni ocupaciones militares extranjeras sobre territorios de otras naciones, ni nada por el estilo.
Claro está, además, que a los mismos que les molesta tanto que Corea del Norte desarrolle armas nucleares, no les molesta que Israel, EEUU, Francia, Inglaterra y otras potencias mundiales las tengan, como no les molesta que Israel viole a diario los derechos humanos de millones de palestinos que viven bajo ocupación hace ya más de 55 años. Esta nueva demostración de la hipocresía mundial, que le viene restando legitimidad y credibilidad a las Naciones Unidas hace ya mucho rato, me recordó la tibia reacción mundial al ensayo nuclear que realizó Francia hace un par de años. Claro, Francia posee derecho a veto en el mismo Consejo de Seguridad que acaba de condenar a NorCorea y habría bloqueado cualquier intento de imponer sanciones similares a estado francés como EEUU bloquea cualquier intento de condenar o sancionar a Israel, haga lo que haga.
De esta manera, queda claro que lo que esta decisión busca no es impedir la proliferación de armas nucleares. Lo que está en juego es el poder hegemónico de los defensores del capitalismo que se resisten a que cualquier visión alternativa de mundo tenga un poder disuasivo que haga más difícil, si no imposible, su eliminación y aniquilamiento por la vía de la supremacía militar y el ahogo económico como el que la “comunidad Internacional” le ha impuesto al gobierno palestino, elegido democráticamente a instancias de los mismos que hoy lo pretenden hacer fracasar.
La preocupación de quienes se arrogan la representatividad de “la comunidad internacional” no reside en el daño que las acciones norcoreanas le hacen al sueño que la mayoría de los seres humanos compartimos de construir un mundo sin armas de destrucción masiva. Su preocupación es que ninguno de aquellos que no se subordinan ciegamente a sus designios hipócritas y antidemocráticos y que combaten la acumulación vergonzosa de la riqueza y de los beneficios del modo de producción en cada vez menos manos, con todos los costos sociales y humanos que ello conlleva, posean la capacidad de inhibir las intenciones del imperio de atacar para imponer sus designios cuando sus proyecciones económicas y políticas fallan.
Así las cosas, hoy quiero públicamente apoyar a Corea del Norte, no porque esté de acuerdo con las armas nucleares sino porque realmente me tiene agotado la hipocresía, el doble estándar y las mentiras de quienes hoy dominan el mundo.
Además, como resulta evidene que un mundo sin armas nucleares es imposible hoy en día debido a los afanes hegemónicos de EEUU y sus aliados políticos, económicos y militares, solo podemos elegir entre un mundo con armas nucleares solamente en manos de los poderosos y un mundo en que los débiles y los pobres posean una capacidad disuasiva equivalente a la de los primeros, que les permita optar por los caminos que ellos estimen conveniente para mejorar localidad de vida y lograra el bienestar para sus pueblos, sin el temor a ser intervenidos, invadidos o derrocados por quienes no toleran las desviaciones a sus designios...
Yo, con dolor y algo esperanza, me quedo con el segundo y valido el lamentable derecho de todos los países del mundo a tener armas nucleares mientras EEUU, Israel y sus aliados no se deshagan de las suyas y de todas las otras armas de destrucción masiva que poseen y mientras el orden mundial y las Naciones Unidas, funcionen más como un instrumento de dominación mundial que como un .foro internacional democrático en donde todos y cada uno de los países miembros sean aceptados como iguales entre sus pares.