Nada más simple y básico para abordar un tema complejo y multivariable, que ir a lo obvio. A los lugares comunes. A aquellas propuestas que pueden atraer votos, pero no soluciones.
Nuestros legisladores se aprestan a aprobar una ley que baja la responsabilidad penal juvenil desde los 18 años a los 14, y aun discuten si las penas máximas deben ser de 3 o 5 años para los que tienen entre 14 y 15 años; y de 8 o 10 años para los que tienen entre 16 y 17.
Es decir, ya no solo no permitimos que los padres y madres de las familias de más escasos recurso no puedan dedicar el tiempo suficiente a sus hijos porque deben salir a trabajar ambos y en jornadas que pueden llegar a las 12 hrs diarias; ya no solo tendremos que ver atónitos en la prensa como nuestros jóvenes y niños protestan para "tener derecho" a trabajar y asi poder ayudar a sus familias con el dinero necesario para subsistir; no solo los seguiremos viendo en las calles pidiendo limosnas, estacionando autos o haciendo de malabaristas para ganar unas monedas cuando no han llegado aun a la desesperación que los lleva de la mano de algunos inescrupulosos a la prostitución infantil.
Ahora además tendremos que verlos en cárceles especialmente preparadas para ellos, y que como todas las cárceles, terminaran teniendo más población penal que la tolerable y se convertirán en escuelas del crimen y tierra fertil para el odio y la anomia social.
Cuales serán las propuestas de los defensores del sistema neoliberal si comienzan a delinquir los jóvenes y niños menores. Terminaremos bajando la edad de responsabilidad penal a los 12, a los 9 o a los 5 años, para evitar que estos "criminales en potencia" pongan en peligro a una sociedad que no es capaz de darles ni la más mínima cuota de seguridad social para que se desarrollen de acuerdo a sus derechos.
Que le queda hoy a un muchacho que en los últimos 10 años ha visto a sus padres sufriendo por no poder darles lo básico, peleándose entre ellos y sin trabajo. Qué expectativas les ofrece esta maravillosa sociedad tan exitosa y exitista.
Yo no estoy de acuerdo y no quiero guardar un silencio cómplice en este minuto triste de mi patria.
Los niños ya no serán nuestros niños. Ahora si que son hijos, solamente, de la vida.
Vaya para terminar, un desafío para nuestros brillantes legisladores con sus sueldos de reyes y sus vidas prodigiosas. Si de verdad creen que esos jóvenes son completamente imputables; si de verdad creen que son completa y exclusivamente responsables de sus actos y que ya pueden pagar, cuando se equivocan movidos por sus propias circunstancias, con cárcel y supuestos programas de rehabilitación que nunca rehabilitan a nadie, al menos démosles tambien el derecho y reconozcámosles la capacidad tambien de votar, de inscribirse automáticamente y de elegir a quienes hacen las leyes que seguramente les terminaran afectando.
Quizá en ese minuto los legisladores discutan los problemas de nuestros niños y jóvenes, con la altura de miras que se requiere.
Para pensar y reflexionar acerca del mundo que nos toca vivir. Para volver a soñar en que un mundo mejor es posible y para ayudar a consolidar la unidad de las fuerzas que aspiran y sueñan con un futuro mejor para nuestro pueblo, para nuestros hombres y mujeres, para nuestros jóvenes y sobretodo...nuestros hijos.
8.29.2005
SEGURIDAD CIUDADANA, UN INVENTO DE LA DERECHA QUE ESCONDE SUS PROPIOS FANTASMAS.
Con sorpresa he leído las opiniones y los juicios del candidato presidencial de la derecha con respecto a que la delincuencia se está transformando en un factor de desigualdad social. Si la hipocresía fuera delito cuántos políticos estarían hoy tras las rejas.
Sería bueno recordar que esto se debe principalmente a la segregación creciente que existe en las ciudades chilenas producto de la Política de Desarrollo Urbano de la dictadura, contenida en los documentos del MINVU del año 1978, uno de cuyos objetivos era la conformación de barrios homogéneos en donde los pobres coexistieran con los pobres y los ricos con los ricos. En esa época en que los militares compartían el poder con los protagonistas del lavinismo de hoy se desarrollaron sendas operaciones de erradicación y radicación de campamentos que generaron bolsones de pobreza en donde los problemas se concentraban, se multiplicaban y reproducían.
Esto ha devenido en una ciudad dicotómica en donde coexisten, sin tocarse, el derroche y la escasez, la salud y la enfermedad, el ocio y la superexplotación o la cesantía, etc. Primero fueron las erradicaciones forzosas de la dictadura, luego las políticas de viviendas periféricas de la concertación para lograr las viviendas sociales más baratas del mundo, destruyendo las redes sociales de cooperación e interrelación entre las distintas capas de la población.
De ahí que se haya revertido el proceso integrador de toda la sociedad chilena, que llegó a su punto más emblemático con la construcción de la Villa san Luis en medio de la comuna de Las Condes.
Hoy ese ejemplo de voluntad de integradora ha sido reemplazado por negocios inmobiliarios de indiscutible plusvalía y hemos alejado a las capas populares a una periferia cada vez más lejana, que en épocas de crisis se llevan la peor parte al combinarse la falta de acceso a bienes y servicios básicos de calidad con los índices de cesantía que nuestro país ya conoce.
No hay que dejarse engañar por los discursos de quienes pretenden imponer el miedo como el poder detrás del poder logrando que la sociedad en su conjunto se encierre tras sus casa, debemos recuperar los espacios públicos y apropiarnos de los espacios que antes nos fueron vedados. La delincuencia no es producto de la maldad, es producto de la falta de oportunidades, de la falta de trabajo digno, de la magra redistribución de la riqueza y de la falta de movilidad social producto del nulo compromiso del estado con la educación, la salud, la vivienda digna y el trabajo como derechos fundamentales de nuestro pueblo.
No vaya a pensar la gente que puede venir el remedio desde donde vino la enfermedad y vuelva a botar por los ideólogos de la dictadura que se aprestan a volver en gloria y majestad, ni por quienes han continuado durante más de una década profundizando el modelo económico de la dictadura..
Sería bueno recordar que esto se debe principalmente a la segregación creciente que existe en las ciudades chilenas producto de la Política de Desarrollo Urbano de la dictadura, contenida en los documentos del MINVU del año 1978, uno de cuyos objetivos era la conformación de barrios homogéneos en donde los pobres coexistieran con los pobres y los ricos con los ricos. En esa época en que los militares compartían el poder con los protagonistas del lavinismo de hoy se desarrollaron sendas operaciones de erradicación y radicación de campamentos que generaron bolsones de pobreza en donde los problemas se concentraban, se multiplicaban y reproducían.
Esto ha devenido en una ciudad dicotómica en donde coexisten, sin tocarse, el derroche y la escasez, la salud y la enfermedad, el ocio y la superexplotación o la cesantía, etc. Primero fueron las erradicaciones forzosas de la dictadura, luego las políticas de viviendas periféricas de la concertación para lograr las viviendas sociales más baratas del mundo, destruyendo las redes sociales de cooperación e interrelación entre las distintas capas de la población.
De ahí que se haya revertido el proceso integrador de toda la sociedad chilena, que llegó a su punto más emblemático con la construcción de la Villa san Luis en medio de la comuna de Las Condes.
Hoy ese ejemplo de voluntad de integradora ha sido reemplazado por negocios inmobiliarios de indiscutible plusvalía y hemos alejado a las capas populares a una periferia cada vez más lejana, que en épocas de crisis se llevan la peor parte al combinarse la falta de acceso a bienes y servicios básicos de calidad con los índices de cesantía que nuestro país ya conoce.
No hay que dejarse engañar por los discursos de quienes pretenden imponer el miedo como el poder detrás del poder logrando que la sociedad en su conjunto se encierre tras sus casa, debemos recuperar los espacios públicos y apropiarnos de los espacios que antes nos fueron vedados. La delincuencia no es producto de la maldad, es producto de la falta de oportunidades, de la falta de trabajo digno, de la magra redistribución de la riqueza y de la falta de movilidad social producto del nulo compromiso del estado con la educación, la salud, la vivienda digna y el trabajo como derechos fundamentales de nuestro pueblo.
No vaya a pensar la gente que puede venir el remedio desde donde vino la enfermedad y vuelva a botar por los ideólogos de la dictadura que se aprestan a volver en gloria y majestad, ni por quienes han continuado durante más de una década profundizando el modelo económico de la dictadura..
Mora y La Guerra de Irak
Estimados Amigos.
Aun permanece en mi retina y en mi memoria la imagen del diputado Waldo Mora (DC) apoyando la invasión a Irak con la excusa de que eso ayudaría a la economía mundial y bajaría el precio del petróleo.
Hoy, a casi dos años de terminada la guerra y cuando persiste la invasión, cuando el petróleo está más caro que nunca antes y cuando la humanidad carga con 150000 nuevos muertos debido al silencio cómplice de unos y al apoyo interesado de otros; cuando no se sabe nada de las supuestas armas de destrucción masiva y se conoce que todo era mentira, me gustaría saber qué piensa nuestro flamante diputado y candidato a senador.
Da para pensar y recordar esa máxima que reza... dime con quién andas y te diré quién eres.
Aun permanece en mi retina y en mi memoria la imagen del diputado Waldo Mora (DC) apoyando la invasión a Irak con la excusa de que eso ayudaría a la economía mundial y bajaría el precio del petróleo.
Hoy, a casi dos años de terminada la guerra y cuando persiste la invasión, cuando el petróleo está más caro que nunca antes y cuando la humanidad carga con 150000 nuevos muertos debido al silencio cómplice de unos y al apoyo interesado de otros; cuando no se sabe nada de las supuestas armas de destrucción masiva y se conoce que todo era mentira, me gustaría saber qué piensa nuestro flamante diputado y candidato a senador.
Da para pensar y recordar esa máxima que reza... dime con quién andas y te diré quién eres.
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