El campo y las zonas rurales producen todo lo que la gran ciudad necesita para vivir y no pide nada a cambio. Quienes trabajan en él, se relacionan de igual a igual con la naturaleza porque se sienten parte de ella misma. Su forma de vida nada tiene que ver con la Gran ciudad a la que mantienen y alimentan. No conocen el stres, la competencia por sobrevivir ni la angustia de no saber que va a ser de uno el día siguiente. No conocen la contaminación, ni el polvo en suspensión, ni el ruido ensordecedor de la Gran Ciudad y tampoco entienden a quienes viven en ella sometidos a un ritmo ajeno a la naturaleza, un ritmo cuyo eje central es la producción y el consumo. No consumen más de lo que necesitan y tampoco viven pendientes del futuro. Su relación con la naturaleza nos alimenta, pero quienes gobiernan desde la gran ciudad no se preocupan de quienes viven y trabajan en el campo y solo lo ven como una fuente de productos primarios y como un lugar donde ir a botar su basura.
Si queremos generar en Chile un modelo de desarrollo Sustentable que proteja el derecho de las futuras generaciones a satisfacer sus necesidades y a disfrutar de un medio ambiente limpio y seguro, tenemos que proteger nuestra zonas rurales y dotarlas de todo lo necesario para elevar su calidad de vida y sus perspectivas de desarrollo. Debemos asegurarles a las familias que viven en el campo el trabajo digno y bien retribuido, el acceso a la educación y a la cultura; los servicios básicos que permitan un desarrollo integral y una vida sana y segura para sus hijos. Solo así detendremos el paulatino abandono de nuestras tierras y podremos seguir disfrutando sin vergüenza de todo lo que el campo nos entrega.
Porque Juntos Podemos desarrollar y defender el campo, darle la vida que se merece a quienes viven en él y detener la emigración... Ni Derecha, ni Concertación.
Si queremos generar en Chile un modelo de desarrollo Sustentable que proteja el derecho de las futuras generaciones a satisfacer sus necesidades y a disfrutar de un medio ambiente limpio y seguro, tenemos que proteger nuestra zonas rurales y dotarlas de todo lo necesario para elevar su calidad de vida y sus perspectivas de desarrollo. Debemos asegurarles a las familias que viven en el campo el trabajo digno y bien retribuido, el acceso a la educación y a la cultura; los servicios básicos que permitan un desarrollo integral y una vida sana y segura para sus hijos. Solo así detendremos el paulatino abandono de nuestras tierras y podremos seguir disfrutando sin vergüenza de todo lo que el campo nos entrega.
Porque Juntos Podemos desarrollar y defender el campo, darle la vida que se merece a quienes viven en él y detener la emigración... Ni Derecha, ni Concertación.
1 comentario:
Daniel...Compañero...Muy interesante me ha parecido lo que escribes sobre la vida rural, pero tengo mi punto de vista.El gobierno concertacionista o de derecha,nunca se vá a preocupar de apoyar al campesino o al pequeño productor. Muy por el contrario,los gobiernos de la concertaciòn han implementado la ayuda al gran productor,quienes han accedido a los crèditos Corfo,Indap,y a los créditos de la banca privada,avalados por los gobiernos de turno. Eso les ha permitido adueñarse de la tierra,de las aguas de los ríos y de los tranques,etc...y los verdaderos dueños de la tierra,han pasado a ser los inquilinos de los patrones de turno. Esa herencia es lo que les queda a la juventud campesina y ojalá que eso se pueda revertir algùn dìa. Es tarea fundamental de los jóvenes como tú que tienen muy claro lo que sucede para que los pocos terrenos que puedan ir quedando no sean entregados a la voraz garganta de las transnacionales. Un ejemplo son las Comunidades Agrícolas de la cuarta región, entre ellas Canela. Un abrazo comprometido y fraterno y mucho éxito en tu campaña. SERGIO.
Publicar un comentario