1.09.2007

INSULZA PENDEJO? ESO ES DARLE EL BENEFICIO DE LA DUDA.

Gran revuelo ha causado en las elites dirigentes de nuestro país la respuesta que el presidente Chávez le dio a nuestro insigne ex súper ministro, José Miguel Insulza, actual presidente de la Organización de Estados Americanos, cuando este le criticó que de acuerdo a la ley vigente en la República Bolivariana de Venezuela, el gobierno venezolano decidiera no renovar una concesión de una señal de televisión al canal que encabezó el golpe de estado de abril del 2001.

Ahora bien, independiente de las formas que usó Chávez para responderle a Insulza, sería bueno que reflexionáramos acerca de lo que pensaríamos los chilenos, salvo por supuesto, los que son partidarios de los golpes y las dictaduras, si un medio de comunicación de circulación nacional o un canal de televisión abierta en nuestro país hicieran llamados públicos y de manera diaria a derrocar al gobierno legítimo de la Presidenta Bachelet.

Qué pensaríamos, efectivamente, si el mismo medio de comunicación tildara a la presidenta a diario de ladrona, de dictadora y le pusiera sobrenombres cotidianamente para denigrarla. Qué pensaríamos si además, ese medio de comunicación, y sus propietarios por cierto, recibieran dinero a montones de una potencia extranjera que evidentemente está empeñada en hacer caer al gobierno constitucional de nuestro país. De hecho, si ese golpe de estado finalmente se concretara gracias a la colaboración de esta potencia extranjera, dicho medio de comunicación y algunos partidos políticos proclives a defender por cualquier método los privilegios de sus representados y luego de un par de días el pueblo saliera a la calle y lograra, por ventura, revertir ese golpe de estado, nadie esperaría 6 años pacientemente a que caducara el periodo legal de la concesión sin ejercer el derecho de perseguir a sus propietarios por sus crímenes, que es lo que ha hecho Chávez en Venezuela.

Seguramente, en cualquier país dictatorial ese medio sería cerrado como lo hizo Pinochet en Chile o enfrentaría todo el rigor de la ley en un país en donde además, nuestra triste y amarga experiencia debiera enseñarnos que a esos medios que violan la ley, mienten y traicionan a la patria poniéndose incluso al servicio de otros gobiernos para atentar contra el propio, no se les puede dejar que continúen con sus actividades conspirativas, a no ser que queramos repetir la historia que tanto dolor ha causado a nuestra patria y que para la mayoría, nunca más debiera repetirse. Nadie debiera estar dispuesto a pagar de nuevo semejante costo social y humano solo por respetar una falseada libertad de expresión. No podemos olvidar que la libertad sin la ley no funciona y a eso exactamente es a lo que aspiran los defensores de dicho canal en Venezuela, a que se les respeta la libertad parta poder hacer lo que ellos quieran para terminar con el gobierno que han decidido derrocar en conjunto con Mr. Bush.

Ahora bien, que pensaríamos si en ese contexto, el presidente de una organización de países de la cual fuera parte nuestro país, y que ha sido ministro de un gobierno que apoyó el mismo golpe de estado, saliera defendiendo a ese medio de comunicación desde ese sitial privilegiado en donde se ubica y que lo debiera distinguir como el primero en respetar los principios de no intervención en los asuntos internos de los países miembros.

A muchos nos daría una mezcla entre risa y rabia, sobretodo si tuviéramos la posibilidad de recordar a ese mismo señor haciendo una tajante defensa de alguien tan nefasto como Pinochet, de las garras de la justicia internacional, con el pretexto de defender la soberanía de nuestras instituciones y de nuestra legalidad, aunque luego no fuéramos capaces ni siquiera de juzgarlo y condenarlo. Otros por supuesto, viejos golpistas y oportunistas eternos, saldrían a defenderlo furiosos, unos para continuar con su política sistemática de colaboración con cualquier golpista que intente detener los cambios de su modelo neoliberal todopoderoso y eterno y otros para tratar de desviar la atención de las crisis internas que afectan a sus partidos y a sus coaliciones.

Yo no se si le diría pendejo, porque soy bastante cuidadoso, la mayoría de las veces, de las formas, Sin embargo, el respeto a las formas no me impediría ver el fondo de las cosas, a pesar que en Chile quedarse en la forma sin abordar el fondo se ha convertido en deporte nacional. Insulza, al parecer se ha puesto a disposición del Sr. Bush para ejercer desde el sitial de la OEA, adonde llegó precisamente por el apoyo de Chávez, el trabajo desestabilizador que no puede hacer él directamente y ha sobrepasado sus atribuciones instalándose como un juez que se siente por sobre el Estado de Derecho que existe hoy en Venezuela y que si se tratara de Chile, tanto respetaría y defendería.

Pretenderá el Sr. Insulza que Venezuela copie la experiencia chilena y deje que los golpistas continúen conspirando y preparando un nuevo golpe a ojos vista de un gobierno que cuenta con el 63% del apoyo popular y que por primera vez esta utilizando los excedentes del petróleo con miras a satisfacer las necesidades de su pueblo y no a engrosar los bolsillos de los mismos señores y grupos que conspiran y utilizan el poder de los medios para imponer “su verdad”. Pretenderán sus defensores que el presidente Chávez continúe 20 años más tolerando a un canal que se mueve permanentemente fuera de la ley, conspirando contra el gobierno democráticamente elegido, haciendo apología de la violencia y llamando a golpes de estado respondiendo a los intereses de los principales enemigos de la nación.

No será demasiado ingenuo tratarlo solo de pendejo.

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