5.29.2006

SECUNDARIOS...DE PRIMERA.

Nuevamente los secundarios estremecen al país. Sorprende su organización y la radicalidad de algunas de sus acciones. A algunos les molestan incluso más de lo necesario. Sobretodo a aquellos que desde que son gobierno, se olvidaron de cómo ellos consiguieron lo poco que tenemos mientras ahora, dicen, no conversan con los estudiantes movilizados.

Comienzan unos pocos colegios y antes de que nadie reaccione, el movimiento es nacional y el gobierno, muy bien gracias, repitiendo todos como loros, lo espléndido que lo han hecho en estos 16 años de gobierno amparados en resultados electorales y en el reconocimiento sin límite de quienes eran sus archienemigos hace solo algunos años.

No sorprenden, sin embargo, sus demandas. Puesto que no son distintas de las que otros secundarios, año a año y por más de 25 años consecutivos, han venido exigiendo a los distintos gobiernos que han pasado por la Moneda, sean estos democráticos o de facto: gratuidad del pase escolar, gratuidad de la PSU y reformulación de la LOCE (Ley Orgánica Constitucional de Ecuación) que se mantiene inalterada, en su esencia, desde la dictadura militar. A ellos se suman demandas menores como el término de la Jornada Escolar Completa pues consideran innecesario estar más tiempo en el colegio para aprender más de lo mismo o menos.

Tampoco sorprende, a estas alturas, la reacción del gobierno de Bachelet. Desde Coyhaique, el ministro de educación Martín Zilic, ha dicho, intentando calmar los ánimos, que los problemas no se solucionan de un día para otro. Mientras se desarrollan las mismas respuestas que las que daba Pinochet antes de la era Concertación.

Reprimir fuerte las protestas para asustar a los neófitos y criminalizar al movimiento tratando de culpar a los culpables de siempre, a los comunistas, de andar inventando problemas inexistentes para mantener una influencia social que, afortunadamente para algunos, el sistema binominal ha conseguido mantener al menos, fuera del Congreso Nacional.

También han intentado infiltrarlo, para radicalizarlo y hacerlo colapsar desde adentro, justificando la represión y la negativa permanente a sentarse a dialogar en serio y a buscarle una solución definitiva a un modelo de educación que por donde se le mire, resulta un total y absoluto fracaso, a lo largo de sus 17 años de vida, en la criminalización del movimiento para desprestigiar sus demandas.

Para la Concertación, los 17 años de dictadura fueron una eternidad, pero los 16 años de gobierno que cargan en sus hombros y en sus bolsillos, les parecen poco tiempo para solucionar problemas que todos reconocen, pero para los cuales parece no existir voluntad real de buscar una solución. Tampoco le parecen suficientes los miles de millones de dólares de ahorro que Chile ha logrado almacenar por el histórico precio del cobre y por la regla estúpida del superávit fiscal.

Todo ese dinero no alcanza para satisfacer las demandas estudiantiles que solo aspiran a que un derecho humano universalmente reconocido, como es la educación, sea asumido por el estado como un derecho para todas y todos los estudiantes chilenos. Sobra dinero para renovar el material de guerra y para mantener sobresueldos y pensiones dignas para los miembros de las fuerzas armadas, pero para las pensiones de nuestros viejos y para educación, simplemente no hay dinero. Sobra el dinero para subvencionar a las transnacionales que se llevan todo lo que quieren de nuestra tierra sin siquiera pagar la renta correspondiente. Sobra dinero para dar confianza a los inversionistas y para gastar en campañas millonarias pero para lo verdaderamente importante… no hay suficiente dinero. Francia se propone apoyarnos para ingresar al exclusivo mundo de los países desarrollados mientras que para nuestros jóvenes, el país sigue siendo un país pobre, sin recursos para la educación y otras nimiedades.

Y en vez de discutir el país que queremos para discutir luego como lo financiamos y que cambios hacemos, ellos nos invitan a dialogar para partir informándonos acerca de cuanta plata hay, para qué luego veamos para que nos alcanza con eso, sin tocar en nada los grandes privilegios que ostenta ese 5% de chilenos que nos ha convertido en uno de los países con peor distribución de la riqueza en el mundo.

Y para colmo, pretenden después de 16 años de gobierno, escudarse una vez más echándole la culpa a la dictadura de Pinochet, a esa que la Democracia Cristiana convocó para supuestamen6e salvar al país, y que las cúpulas socialistas han terminado legitimando con su apego irrestricto al modelo heredado de ella. A nadie se le puede ocurrir exculpar a la derecha por todas las leyes de amarre que aun existen pero tampoco nadie puede pretender, después de 16 años seguir insistiendo que el modelo que la concertación ha administrado con tanto celo y éxito mediático solo pertenece a la dictadura y a la derecha económica que bastante a gusto se siente con la concertación en el gobierno.

Y mientras los jóvenes exigen del gobierno derecho a participación para trans-formar (Cambiar de Forma) el sistema, el ofrecimiento que obtienen del gobierno es una participación para en-tender (o entrar en la tendencia) los cambios que han operado en el mundo y que hacen inviable para algunos tener un país en donde la educación sea un derecho y no un privilegio.

Desde esta pequeña tribuna un saludo fraternal y revolucionario para todas aquellas y aquellos estudiantes que han despertado nuevamente las esperanzas de muchas y muchos por cambiar este país y hacer de él lo que queramos hacer y no lo que nos dicte el consenso de Washington.

Desde esta pequeña tribuna, un irrestricto apoyo para quienes hoy continúan una lucha de muchas generaciones de secundarios, esperando que en un futuro no muy lejano puedan asumir otras deudas pendientes que las generaciones mayores mantenemos con vuestros sueños y con vuestros derechos inalienables.

Desde esta pequeña tribuna un sincero agradecimiento y un llamado esperanzador a que sean realistas pidiendo lo imposible porque no pueden ser el futuro si no son desde hoy. El presente.

Me gustan los estudiantes… y me gustan mucho más cuando además de aprender nos enseñan y nos recuerdan que la única batalla que se pierde es la que no se pelea.

5.24.2006

DEMOCRACIA FORMAL, DICTADURA CULTURAL.

Siento que estamos mal. Muy, pero muy mal.

Aunque todos hablen del fin de la transición y de la, mal llamada, democracia que hemos logrado construir en 16 años de gobierno de la concertación, culturalmente, seguimos viviendo un dictadura implacable, en donde nuestro principal enemigo, es hoy la intolerancia de algunos, la soberbia y la arrogancia de otros y, sin duda, el temor de la gran mayoría a dejar ser; a dejar vivir; a dejar creer, finalmente, a los demás, en lo que cada uno quiera.

La demostración más concreta acerca de lo que planteo, es la respuesta que obtuvo la gestión de un grupo de diputados del PS que perseguía iniciar una discusión para analizar la posibilidad de legislar acerca de la Eutanasia.

Estamos hablando no de aprobar un proyecto. Estamos hablando de admitirlo a discusión, es decir, de aceptar solamente dar la discusión.

La reacción de la derecha fue elocuente. Siguen esperando que en este país solo pueda discutirse aquello que a ellos les parece discutible. Siguen pensando que solamente sus valores y sus creencias son aceptables y pretenden insistir en obligar a todos los chilenos, a vivir según sus dictámenes. Claramente no se trata de que ellos crean en algún dios en el que muchos no creemos ni tenemos el gusto de conocer. Estamos hablando de que ellos, al parecer, se creen la encarnación del mismo dios.

Con la excusa de la inconstitucionalidad, y como si la constitución fuera una biblia y no un acuerdo, supuestamente mayoritario, que debe representar a la sociedad toda, intentaron censurar a la mesa de la cámara de diputados, por aceptar a tramitación, siguiendo al pie de la letra, la ley y las atribuciones que de ella emanan, un proyecto que a ellos no les parece siquiera que deba discutirse.

Esta actitud retrata de cuerpo entero a una derecha que a pesar de todos sus intentos de maquillaje democrático y futurista, sigue entendiéndose a si misma como el perro guardián de las conciencias de los chilenos y del sistema que ellos impusieron a sangre y a fuego cuando gobernaban con la dictadura de Pinochet.

Ellos se siguen planteando como los destinados a definir la viabilidad de las posibles evoluciones que el sentido común de los habitantes de nuestra patria y los valores socialmente aceptados pudieran llegar a tener.

Y por supuesto, se sienten los dueños de un modelo que asumen como todopoderoso y eterno atrincherados en una posición tan obsoleta como propia de quienes se mantienen prisioneros del pensamiento mágico y de la exclusividad de las formas teológicas de entender el mundo, con todo lo que ello tiene de intolerante y totalitario.

Sin embargo, lo que más llama la atención y molesta, porque la actitud de la derecha es, de una u otra forma, esperable, es la actitud que ante estos hechos ha tomado la Democracia Cristiana, que ha llegado de manera absolutamente hipócrita, a poner en duda la continuidad del proyecto de administración del modelo neoliberal porque algunos diputados de la concertación, algunos de sus socios en el gobierno, haciendo uso de las atribuciones que la ley les da, presentaron a discusión un proyecto que no comparten, y que por ello, no debe ser siquiera discutido.

Más democrático hubiera sido no hacer tanto escándalo y discutir el proyecto, esperando que la mayoría conservadora del congreso lo detuviera y lo hiciera caer, que era lejos, el escenario más probable.

Esta DC, más que mirar al futuro pensando en profundizar la democracia, recuerda, sin duda, a aquella que estuvo por apoyar el golpe de estado con todas sus previsibles consecuencias, con su egoísta mirada puesta, solamente en el retorno al gobierno, de la mano de uno de los principales conspiradores de la época, el ex presidente Frei.

Triste fue también la reacción de algunos miembros del PS, especialmente de la directiva recién electa, que en virtud de mantener el negocio extraordinario del poder en el que se han especializado en los últimos 15 años, han solicitado y presionado a quienes lo hicieron, para no seguir poniendo en aprietos a la presidenta ni al, tan exitoso, conglomerado de gobierno.

Ahora bien, más allá de las opciones que cada uno tenga en su vida. Más allá de los dioses o los antidioses en los que cada uno crea. Yo sigo soñando con una sociedad en la que los cristianos puedan llevar a cabo su fe, sin ninguna discriminación ni obstáculo. Sin separarse ni divorciarse, aunque sean infelices. Sin ayudar a morir con dignidad a nadie, aunque su sufrimiento sea insoportable y el dolor y la impotencia arruine hasta la imagen que sus deudos puedan retener de aquel o aquella que espera con angustia y dolor que la muerte por fin llegue a buscarlo. Sin interrumpir un embarazo no deseado, aunque sea producto de una violación y menos interrumpir un embarazo que pone en riesgo la vida de la madre y del feto, optando por sentarse a esperar la muerte de ambos.

Sueño también que al igual que los cristianos, los judíos, los musulmanes, los Baha`í, los seguidores de Buda y de Zoroastro, de Mani y por supuesto los ateos, puedan y podamos vivir también según nuestras creencias, sin discriminación de ningún tipo, sin ser perseguidos o torturados por pensar distinto, amparados por leyes hechas para todos y todas y sin ser tratados como delincuentes por no creer en lo que aquellos que se sienten dueños del país, creen.

LAGOS OTRA VEZ...

Las palabras dan para todo y uno puede decir lo que quiera sin arrugarse, incluso. Pero un mínimo de vergüenza es recomendable cuando se posee, acerca de lo que se va a decir, lo que en mi país se conoce como tejado de vidrio y eso es de lo que algunos y principalmente el ex presidente Ricardo Lagos tiene que aprender a cuidarse pues al parecer, el salir de la Moneda le ha privado de algo más que la banda presidencial y el poder que ella le otorgaba en virtud de su significado republicano. Desde su última aparición como presidente, se le han caído la mordaza y el discurso aprendido, que solo nos permitían escuchar eso de que “en este país las instituciones funcionan” y parece haber perdido también la memoria y la vergüenza.

De hecho hace ya días que no pierde ninguna oportunidad de quedarse callado y cada vez que abre su boca pierde, un poco, la calidad de estadista que algunos le reconocieron mientras gobernaba el país.

La última declaración que no dejó de sorprenderme y generarme un poco de risa y hasta rabia fue esa de los populismos financiables, haciendo alusión directa al presidente Chávez de Venezuela y a su Revolución Bolivariana, insinuando, de paso, que sin el petróleo, no sería posible tanta bonanza (La tercera, 28 de Abril de 2006).

Parece que Lagos olvidó que la mayoría de los logros macroeconómicos que pudo mostrar en los últimos años de su gobierno se debieron, sin duda, a los excedentes del cobre y no a una gestión preocupada de los pobres. Para nadie es desconocido que la brecha entre ricos y pobres se ha duplicado durante los gobiernos de la Concertación y que los grandes grupos económicos jamás tuvieron más utilidades que durante el gobierno de Lagos, llegando incluso a proclamarlo como el mejor presidente de la historia…. Para ellos. Mientras eso pasaba, las capas más desprotegidas se desplazaban en un constante vaivén entre el desempleo y el empleo precario, con grandes dificultades para satisfacer las necesidades propias y las de los suyos.

Es cierto, Chávez tiene petróleo, pero Lagos tuvo el Cobre. La diferencia está en que Lagos no optó por gastarlo en beneficio de su pueblo ni invertirlo en el país para reactivar la economía y sacar adelante a las Pymes que ofrecen el 80% del empleo y prefirió prepagar deudas y ahorrar los excedentes para generar confianza en los inversionistas nacionales y extranjeros, superando incluso la rígida y tozuda disciplina fiscal caracterizada por la regla del ahorro fiscal del 1% del PIB, impuesta por el mejor alumno de los maestros del Consenso de Washington.

Todo aquello, mientras el 15 % de los chilenos padres de familia se encontraban sin trabajo y la mayoría de las Pymes agonizaba gracias a la apertura tan fantástica y protectora de los intereses transnacionales que su gobierno promovió.

Para colmo, tratando de explicar las razones que dan surgimiento a estos populismos, el ex presidente de todos los chilenos planteó una brillante teoría: “El preludio a un fenómeno populista es el fracaso de una gestión que no ha sido capaz de adoptar políticas en beneficio de la mayoría. (La tercera, 28 de Abril de 2006)”.

No puedo estar más de acuerdo con tanta agudeza de análisis pero una duda me asalta y me deja preocupado: ¿Estará pensando Lagos en repostularse a la presidencia y encabezar un populismo radical en virtud del fracaso de la gestión de la Concertación que no ha sido capaz, en 16 años, de adoptar políticas en beneficio de las mayorías. Ya tiene al menos las buenas proyecciones del precio del cobre hacia el futuro, tiene además el fracaso rotundo de la gestión de la concertación con respecto a las mayorías; lo que le puede faltar son los pantalones para pararse frente al imperio y decidir cumplir con aquello para lo que fue elegido alguna vez que es lograr el bienestar de su pueblo.

La verdad es que se nos vuelve a plantear un dilema que hace rato ronda la discusión política latinoamericana. Optamos por una gobernabilidad democrática que mantenga a nuestros pueblos asustados y sumisos, reprimiéndolos cada vez que salgan a la calle a plantear sus demandas, criminalizando la protesta social y así cumplimos de manera rigurosa y casi religiosa el mandato del imperio; o nos ponemos un tanto populistas, democráticos a la antigua y participativos y cumplimos nuestras promesas, haciendo aquello para lo que el pueblo nos elige, sin preocuparnos tanto por las potenciales consecuencias de tomar nuestro destino en nuestras manos, con el apoyo más importante que un presidente pueda tener, el apoyo del pueblo soberano.

Qué será, de verdad, más democrático, el populismo financiable de Chávez o el neoliberalismo que solo beneficia al capital nacional y transnacional a costa del trabajo de las mayorías, de lagos y la Concertación.

Verdaderamente un dilema para pensar y para mandarle a decir a Lagos que no sea tan cara de palo.

5.07.2006

BACHELET Y LAS EXPECTATIVAS DE UNA PARTE DE LA IZQUIERDA

Para quienes, desde la izquierda, desarrollaron sendas expectativas acerca de un posible giro del gobierno de Bachelet y estuvieron por acusar de traición o miopía política a quienes no estaban dispuestos a votar por ella en la segunda vuelta, les habrán bastado menos de 60 días para comprender que mucho más importante que dicha coyuntura política, que puso en tela de juicio nuestro proyecto y la necesidad histórica de reconstruir la unidad de la izquierda, de la mano de un proyecto alternativo de sociedad, era la mantención y desarrollo de los avances logrados en este sentido.

Solo en 60 días la presidenta dio muestras más que elocuentes acerca del apego irrestricto que mantendrá al modelo impuesto por la dictadura y desarrollado por los tres gobiernos de la concertación precedentes al de ella. Lo confirmó primero al momento de nombrar a su gabinete, cuando dejó en claro el peso que en él tendría el grupo Expansiva, que aseguraba la continuidad de las políticas económicas de Lagos y brindaba al gran empresariado la tranquilidad de que nada, ni nadie tendría la osadía de poner en tela de juicio el modelo económico, lo que se aseguraba entregando la conducción económica a Velasco.

Luego vino la paupérrima propuesta de incremento de las pensiones asistenciales y mínimas, que además de ser significativamente menor a lo esperado por el mundo social y sobretodo por nuestros adultos mayores, esta íntegramente financiada con la mantención del IVA en 19 % lo que implica que nuestros viejos se sacarán plata de un bolsillo para metérsela en el otro, mientras las grandes empresas y las transnacionales mineras, forestales y pesqueras seguirán gozando de una de las tasas impositivas más bajas del mundo y continuarán apropiándose de la renta nacional derivada de la extracción de recursos naturales no renovables y de la nula compensación, que en cualquier país del mundo desarrollado, debieran entregar al estado por la destrucción de importantes sistemas naturales y de sus servicios ambientales asociados.

Como si esto fuera poco, la patria inclusiva de la que tanto se habló durante la campaña no resistió ni siquiera la primera convocatoria a una de las prometidas comisiones que definirían las soluciones a los temas relevantes para nuestro país. El ejemplo más claro fue la comisión para tratar un tema tan relevante como el sistema de pensiones y las AFP. En ella están representados los propietarios de las empresas y los defensores del modelo, sin que los protagonistas más importantes, los que ponen el dinero para que dichas empresas funcionen y les entreguen suculentas utilidades anuales, a cambio de miserables pensiones y solo para una parte de los que cotizan, fueran considerados. Ellos, los trabajadores, no fueron invitados a participar y se quedarán solo en el grupo de los que serán escuchados para tomar en cuenta su posición a la hora de la discusión.

Tampoco la situación de nuestros pueblos originarios, que siguen siendo tratados como extranjeros en su propia tierra y sometidos a las leyes de quienes vinieron a invadir los territorios que habitaban están incorporados en la patria inclusiva. De hecho, varios de sus miembros llevan más de 2 meses en huelga de hambre como forma de protestar por la discriminación de que son objeto en la justicia de esta patria inclusiva y ni siquiera han sido cubiertos satisfactoriamente por los medios de comunicación que actuan como cancerberos del sistema.

No menos bochornoso resultó la comisión para la reforma electoral que además de ser excluyente en su conformación ya que no incluye a la izquierda, ni siquiera tiene un mandato claro, como lo expresara el mismo Boëninger a pocos días de haber sumido la tarea.

Luego vendrá el proyecto de subcontratación y con él volverán a surgir lo que algunos han llamado las dos almas de la concertación, y como siempre, el alma neoliberal se impondrá con sus socios de la derecha a quienes se mantienen en el gobierno solo por tener acceso a esa pequeña cuota de poder. Difícil será que pase el nuevo concepto de empresa que busca terminar con las figuras de papel que solo sirven para incumplir los derechos de los trabajadores y evadir o eludir impuestos. Difícil será también que se acepte la definición de subcontrato y más difícil aún que la responsabilidad subsidiaria del mandante pase a ser solidaria.

Y como si esto fuera poco, se mantiene la tendencia de criminalizar la protesta social mediante la represión brutal de las movilizaciones que buscan recuperar derechos que la dictadura arrebató a nuestra sociedad y que luego de 16 años de Concertación aun esta sigue esperando. Ejemplos de esto encontramos por montones en la forma en cómo han sido tratados los profesores, los universitarios, los deudores habitacionales, los secundarios y los mapuches, solo por nombrar algunos.

A esta altura, el gobierno de Bachelet comienza a desdibujarse, ensombrecido además por el traspié que han tenido los proyectos emblemáticos que se arrastran de la anterior administración, como el Transantiago, la Jornada Escolar Completa y la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil, para los que aun no existe, ni existirá en el breve plazo, la infraestructura necesaria para materializarlos, dejando en claro que solo fueron promesas electorales para conseguir un cuarto mandato de la concertación.

Ojala en la izquierda no necesitemos más demostraciones ni tiempo para entender que la solución a los problemas de Chile pasan fundamentalmente por consolidar, fortalecer y desarrollar nuestra alternativa, construyendo desde las bases una izquierda que sea fiel reflejo del país que queremos construir. Una izquierda democrática, participativa, tolerante y respetuosa de aquellos a quienes dice representar. Solo así nos ganaremos el derecho a guiar nuevamente a nuestra sociedad que pide a gritos un cambio de verdad.