12.22.2006

PINOCHET HA MUERTO PERO SU LEGADO ESTA CASI INTACTO.

Cuando el Domingo 10 de diciembre me enteré del fallecimiento de quien encabezara la dictadura más cruel que la historia de Chile haya conocido me inundó un sentimiento de profunda frustración porque no se había podido establecer la verdad judicial que tanto Chile necesitaba. Ahora bien, el hecho de que la muerte se lo llevara justo el día internacional de los derechos humanos me pareció como si algo sobrenatural hubiera querido dejar establecido lo que la red de protección y los cómplices de la dictadura que aun permanecen en esferas del gobierno y del poder judicial se empeñaron en negar, haciendo lo imposible por defenderlo y demorar las causas por violaciones a los derechos humanos, robos y enriquecimiento ilícito, en las que ya existían fundadas sospechas de la responsabilidad penal de Pinochet y de su círculo más íntimo.

No duró mucho mi frustración cuando me dirigí hacia la plaza Italia, al ver qué sucedía y cómo reaccionaba el pueblo de Chile. Pude percatarme de la gran fiesta popular que se había desatado por el deceso del dictador. Fui testigo de la alegría y de cómo el peso de la oscura noche se levantaba de la espalda de los miles que en pocos minutos se habían congregado en el lugar. Me di cuenta que quizá la verdad procesal, si bien era importante, no era o fundamental. Terminé por convencerme de que era irrelevante cuando vi que la gran mayoría de quienes celebraban como si se aproximara una nueva era rondaban los 20 años. No pude evitarlo. Me contagio su alegría y su sentimiento de liberación. Se acabaron los fetiches y todo aquello detrás de lo que se escondían los responsables verdaderos de las atrocidades cometidas y que son quienes mantienen “su Obra” como le llaman, hasta el día de hoy.

Las nuevas generaciones me llenaron de tranquilidad. Salvo aquellos que influidos por padres que hasta el día de hoy son capaces de defender asesinatos y robos para asegurar sus privilegios sociales, todos los jóvenes de mi país saben y sabrán que Pinochet fue un traidor a la patria; que siendo General en Jefe de las Fuerzas Armadas, se puso a disposición de una potencia extranjera para conspirar y derrocar a un gobierno democráticamente elegido. Saben ya que los demócratas de verdad saben que el único método para castigar a los gobiernos democráticamente elegidos cuando no se comparten sus políticas es el voto castigo que se ejerce en cada elección. Saben por sobretodo que nada es capaz de justificar la traición, el asesinato y el genocidio contra gente que solo es culpable de pensar distinto y de soñar un mundo mejor para todos y todas. Saben además que el éxito económico no vale de nada cuando solo beneficia a una minoría mientras arrincona a las grandes mayorías en la incertidumbre y en la incapacidad de satisfacer sus más básicas necesidades y las de sus seres queridos.

Ahora bien, pudiendo comprender la alegría que genera en muchos de aquellos que sufrimos bajo dictadura diversas situaciones que violaron nuestros derechos más elementales, no puedo dejar de recordar que la desaparición física de Pinochet no significa el final del pinochetismo o lo que algunos llaman “su obra”.

Ella se evidencia en todas las amarras constitucionales que los civiles que el 11 de septiembre del 1973 celebraron con Champagne el asesinato de la democracia, del presidente Allende y de miles de chilenos, siguen defendiendo hasta el día de hoy.

Ella se evidencia en el control directo e indirecto que sus herederos políticos ejercen sobre todas o la mayoría de las esferas del quehacer cotidiano en nuestro país, incapaces y temerosos de someterse a la voluntad popular que es lo que las democracias de verdad exigen a quienes ocupan los cargos de representación popular.

De hecho, se aseguraron hasta el día de hoy que siendo una minoría en el país, son los que determinan los cambios políticos y legales que se pueden y no se pueden hacer en Chile mediante el sistema electoral Binominal que les permite controlar la mitad del parlamento o el mínimo suficiente para impedir los cambios que la mayoría desea.

Se aseguraron el poder económico, mediante el traspaso fraudulento de las empresas estratégicas que le pertenecían a todos los chilenos a un grupo de inescrupulosos que se hicieron del patrimonio de Chile cuando no existía parlamento ni control efectivo de la sociedad civil sobre el quehacer de quienes gobernaban de facto junto al tirano, arrebatando al Estado de Chile gran parte de su capacidad de actuar en beneficio de las grandes mayorías nacionales que resultaron perdedoras en las transformaciones que convirtieron a Chile en el país modelos para aquellos que solo piensan en acumular riquezas para ellos y los suyos.

Se aseguraron, por último, el control de los medios de comunicación de masas cuando convencieron a los gobiernos de la Concertación de que la supremacía del mercado era más importante que la libertad de expresión mientras desaparecían uno tras otro, por problemas económicos, los medios de comunicación no ligados a la derecha económica y política, como el diario La Época, El Fortín Mapocho, La Revista Análisis y Rocinante por solo dar algunos ejemplos.

Es de esperar que el nuevo escenario que abre la muerte de Pinochet, le permita a esa parte de la sociedad que se siente, desde hoy, liberada del peso que la existencia física del tirano significaba, comprender que los cambios a los que aspiramos pueden y deben construirse con la participación y la unidad de todas las fuerzas y las personas que de una u otra manera sueñan y trabajan a diario por modificar el actual estado de cosas. Que ya es tiempo de que todos nos convirtamos en protagonistas de nuestra propia historia y nos subamos definitivamente al escenario de la misma, copando y tomándonos todos los espacios que el sistema hoy nos ofrece, por pequeños y acotados que ellos sean.

Es de esperar que luego de la desaparición física del tirano, los militares rompan el pacto de silencio que guardan hasta hoy y abandonen de una vez por todas, su vocación de ejército de clase y se decidan a ser defensores de la soberanía nacional y no de los privilegios de unos pocos. Que definitivamente se asuman como el ejército de todos los chilenos y no solo de los ricos a los que tanto Pinochet decía que había que cuidar y defender porque eran los que generaban la riqueza.

Es de esperar que surjan desde la derecha sectores comprometidos con la democracia y que aun manteniendo sus ideas acerca de la supremacía del mercado por sobre cualquier otro valor, estén dispuestos a someterse a los designios de la mayoría y eduquen a sus futuras generaciones, no en el odio hacia lo que algunos consideran los enemigos internos de la patria sino en la tolerancia y el respeto a la diferencia y en la subordinación respetuosa y democrática de las minorías a las mayorías.

Para ello es fundamental que los juicios de derechos humanos sigan adelante y que la justicia asuma el rol que con Pinochet en vida no supo asumir y logren establecer la verdad procesal y condenar a quienes junto a Pinochet abusaron del poder que la sociedad toda les había entregado para defender a la patria, y lo utilizaron en contra de esa misma sociedad bajo el pretexto inaceptable de la existencia del enemigo interno y el cáncer marxista del cual con todo orgullo me siento parte.

Para ello es fundamental que todos los responsables paguen sus deudas con la sociedad. Resulta indispensable que cada uno de los miembros de la familia militar sepan perfectamente a qué se atienen cuando se sientan tentados nuevamente de abandonar su rol para abanderarse por un sector político y sus mezquinos intereses.

Para ello es fundamental que generemos de conjunto con la sociedad toda, una nueva Carta Constitucional que represente el sentir de la mayoría de la nación, con una subordinación efectiva de los políticos a la sociedad civil que debiera poder dirimir las diferencias entre los poderes del Estado mediante los plebiscitos nacionales vinculantes cuando no exista acuerdo para avanzar en las materias que de verdad importan a las mayorías.

Para ello es necesario e imprescindible que se abra una discusión de carácter nacional que desplace del eje central de la discusión a la ciencia económica y sea capaz de instalar en su lugar a la felicidad humana que claramente no se logra solo mediante el consumo, como los defensores del modelo vigente insisten en plantear.

Para ello es necesario avanzar lo que se pueda en construir una historia común que sea capaz de identificar a todos o al menos a la gran mayoría de los chilenos, porque tengo claro que ninguna historia de mayorías podrá representar a personas tan inhumanas como el Padre Hazbún o Hermógenes Pérez de Arce que son capaces de mentir sin vacilar y defender las atrocidades más grandes cometidas solo por defender los privilegios de unos cuantos. Esa historia tendrá que ser radical. Tendrá que abandonar las visiones clásicas de los unos y los otros y ser capaces de mirarnos entre iguales, que es lo que le falta a esa parte de la sociedad que nos cataloga como enemigos internos y que se refiere a nosotros como el cáncer marxista. Claro está no solo será de responsabilidad de los historiadores sino que será de responsabilidad sobretodo, de la sociedad civil que espero pueda reencontrarse algún día cuando el pinochetismo como ideología comience a desaparecer también.

12.11.2006

IMPUESTO AL DESARROLLO URBANO?

La investigadora del Instituto Libertad y Desarrollo, Betina Horst, en una columna de opinión del 7 de Diciembre titulada “Impuesto Específico al Desarrollo Urbano”, arremete contra la propuesta del gobierno de exigir la cesión al Estado del 5% de la superficie de cualquier proyecto urbano o su equivalente en dinero, con el objeto de dotarlo de mayores recursos para proyectos de vivienda social que busquen revertir la segregación espacial que se viene produciendo en nuestras ciudades desde que se estableciera, bajo dictadura, la Política Nacional de Desarrollo Urbano de 1978.

Dicha política aspiraba a la conformación de barrios homogéneos sobre la base de asegurar un eficiente mercado del suelo urbano en donde el uso del mismo quedara definido por su mayor rentabilidad. Esto, junto a la liberación del mercado del suelo urbano, la casi total eliminación de los límites urbanos y la incorporación de miles de hectáreas de suelo agrícola a la especulación urbana permitió que durante décadas las inmobiliarias hicieran excelentes negocios con suculentas utilidades a costa de convertir a Santiago en una de las ciudades más caóticas, segregadas, ineficientes y contaminadas del mundo.

Todo lo anterior trajo innumerables costos a nuestra sociedad que ha tenido que invertir millonarios fondos en tratar de solucionar los problemas acarreados por la forma que los partidarios del mercado tienen de entender la ciudad, solo como un nicho de negocios y utilidades sin entender que es también el lugar privilegiado para la reproducción de la cultura y de la existencia humana.

Por eso es que llama la atención que el argumento central de la investigadora sea que esta cesión se convertiría de hecho en un impuesto específico al “desarrollo Urbano” lo que desincentivaría a los supuestos desarrolladores urbanos a seguir ejerciendo su actividad.

Ahora bien, más allá de las diferencias valóricas obvias que sustentan esta mirada de ciudad, la investigadora comete un error garrafal al catalogar a los proyectos inmobiliarios como Desarrollo Urbano pues Crecimiento y Desarrollo jamás han significado lo mismo pues mientras el crecimiento habla de una adición cuantitativa del fenómeno aludido, el desarrollo habla de un mejoramiento en la calidad del mismo, cosa que a todas luces, en el ámbito del cambio urbano acontecido en nuestras ciudades en las últimas tres décadas, no ha sucedido.

De hecho, jamás ha estado en los objetivos de la gran mayoría de las inmobiliarias que ella llama eufemísticamente Desarrolladores Urbanos el de generar una ciudad integrada y sustentable. Muy por el contrario han concentrado los objetivos de las operaciones inmobiliarias solo en el ámbito de las utilidades, siendo uno de los sectores más dinámicos de la economía nacional debido, en parte, a todos los beneficios tributarios que posee la actividad.

Por lo mismo, el hecho de querer obligar a esta cesión del 5%, lejos de convertirse en un nuevo impuesto específico, como lo plantea la investigadora, hace uso del mismo criterio que en materia ambiental se viene promoviendo con el llamado “El que contamina Paga” y con las Zonas de Desarrollo Urbano Condicionado existentes en los nuevos instrumentos de planificación territorial.

De hecho, ante la incapacidad del Estado de regular e intervenir el mercado de suelo y de vivienda, la propuesta del estado es que los empresarios inmobiliarios se conviertan efectivamente en desarrolladores urbanos internalizando y asumiendo los costos de las externalidades negativas que sus mismos proyectos han venido generando por años a nuestra ciudad. Si duda no es suficiente pero es un paso en la dirección correcta, le guste o no a los adoradores del mercado.

11.22.2006

FRIEDMAN HA MUERTO...YO ESPERO QUE SEPULTEMOS SUS IDEAS.

Friedman ha muerto y sus seguidores, esparcidos por la faz de la tierra han salido a homenajearlo y a agradecerle los aportes que en vida realizó al pensamiento económico capitalista al darle un nuevo impulso luego de la reducción significativo del tiempo de duración de los ciclos expansivos del modo de producción y de la baja sistemática de las tasas de ganancias de las empresas mundiales luego de la segunda guerra mundial.

Cómo lo hizo. Entregándole al mercado todas las esferas de la vida social que antes del neoliberalismo eran esferas propias del estado y de su función correctora del primero y protectora de la sociedad, y proponiendo un aumento significativo de la tasa de superexplotación para mantener siempre viva la quimera del crecimiento económico infinito de las empresas.

Muchos dicen que sus mayores aportes fueron la lucha contra la inflación y la defensa de la dignidad humana, que según él pasa porque el hombre se sienta enteramente libre para elegir como desea vivir.

Planteó que la mejor manera de luchar contra la inflación era reducir la cantidad de dinero en la economía aumentando las tasas de interés para evitar el consumo excesivo en tiempos de bonanza impidiendo así que un alza en la demanda relativa produjera un alza desmesurada en los precios al consumidor.

También impulsó y defendió las privatizaciones de todas las empresas de propiedad estatal para reducir costos y hacerlas más eficientes y eficaces, eliminando de paso los derechos sociales conquistados en casi un siglo de reivindicaciones de los más pobres y convirtiendo los productos y servicios que esas empresas ofrecían en simples mercancías al alcance solo de quienes pueden pagarlas.

También planteó que el mercado del trabajo debía regirse igual que el mercado de los productos y que el sueldo de los trabajadores debía fijarlo el punto de equilibrio entre la demanda y la oferta de fuerza de trabajo y no el Estado a través de los sueldos mínimos porque no permiten un funcionamiento eficiente del mercado laboral. De esta manera podrían todos mantenerse siempre ocupados si el salario pudiera bajar tanto que no significara mayores costos para los empresarios pero si mayor productividad. Es decir, en vez de tener una cantidad x de trabajadores contratados por el sueldo mínimo, podríamos tener al doble de trabajadores contratados por la mitad del sueldo o a todos por la misma cantidad global de los primeros.

Claramente en la mente de Friedman los indicadores que definen el éxito de una sociedad son los indicadores económicos como el Producto Interno bruto, la inflación y la balanza comercial, pero claramente la felicidad y la dignidad humana real no están presentes por ningún lado en su pensamiento. La especie humana y la naturaleza, para Friedman, son solamente datos y un insumo para el circuito económico.

Demás está plantear la inmensa influencia que este gran economista tuvo y tiene en nuestro país desde la dictadura hasta nuestros días. Claro está también, que sus ideas no hubieran podido instalarse en Chile y en el resto de América Latina bajo gobiernos democráticos pues el impacto social de sus medidas solo podía ser aceptado bajo la amenaza de la represión y la fuerza de las armas, para luego eternizarlos mediante amarras constitucionales y diseños institucionales que impidieran la participación democrática y la subordinación de las minorías a las mayorías y mantuvieran inalteradas en el tiempo lo que se conoció como “La Obra del Gobierno Cívico militar”.

De hecho en nuestro país, a 16 años del término formal de la dictadura, aun se mantiene inalterado el modelo de Friedman y se gobierna y se discute fundamentalmente en base a estos indicadores económicos, sin importar lo que pase con el desempleo que hace ya casi una década que no cede de manera significativa y permanente, ni mucho menos con la felicidad humana como derecho básico y fundamental

Lamentablemente pocos logran visualizar lo acontecido gracias a los postulados de Friedman con esa amplia mayoría de habitantes que no forman parte de los ganadores y los beneficiados por este sistema diseñado a la perfección para reproducir y concentrar el capital en cada vez menos manos. Nada se dice acerca de lo que ha significado la extracción de dinero de los sistemas económicos en periodos de crisis para quienes, producto de lo mismo, pierden sus trabajos y pasan largos periodos sin poder satisfacer sus necesidades básicas y las de sus seres queridos poniendo en jaque la reproducción en dignidad de la existencia misma.

Tampoco se habla acerca del encarecimiento que ha significado las privatizaciones de algunos productos y servicios básicos sin los cuales la vida no resulta verdaderamente digna y menos se habla, porque sería una blasfemia, de la ausencia total de libertad de elección que poseen quienes no ganan lo suficiente para satisfacer sus necesidades básicas en un mercado en el que la libertad de elegir solo la tiene el que posee dinero para comprar lo que desea. O acaso alguien puede plantear que en Chile todos tienen la libertad de elegir viajar de vacaciones por el mundo, o tener una segunda vivienda para ir los fines de semana, o de educar a sus hijos en un colegio que asegure calidad o atenderse un problema de salud en el mejor lugar y de manera oportuna. Alguien puede plantear, con la mano en el corazón, que luego de 30 años de aplicación ciega del modelo de Friedman existe en Chile un mayor grado de libertad social.

Tampoco se recuerda las secuelas del pensamiento de Friedman en América Latina con la ampliación significativa de la brecha entre ricos y pobres y la profundización de la desigualdad social que se viene viviendo en la región a pesar de años de crecimiento económico asegurado, sin contar las crisis de algunos de los países y economías más sólidas de la región como eran Argentina y México antes de la implementación del modelo neoliberal.

En suma, Friedman resolvió los problemas de la ciencia económica pero jamás trató de resolver los problemas de la sociedad en su conjunto ni mucho menos, de las mayorías que no tienen acceso a la libertad que otorga el dinero en exceso, que él tanto defendía. Por supuesto, resolviendo el problema de la ciencia económica capitalista resolvió los problemas de casi un 10% de la población mundial que no vive estresada por la incertidumbre que posee acerca del futuro. De hecho, resulta indesmentible que gracias a Friedman tenemos un grupo de familias a nivel mundial que ya ni saben en qué gastar el dinero que poseen pero que tienen aseguradas sus vidas por las próximas cien generaciones, mientras casi el 70% de la población, verdaderamente, no sabe que pasará con ellos en el futuro y sufren el rigor de una marginalidad social creciente e nivel planetario.

Friedman ha muerto. Ahora solo hay que esperar que sus ideas pasen a la historia como las contribuciones más egoístas que se han hecho en el mundo en la historia de la ciencia económica.

11.13.2006

EE.UU. IMPIDE QUE SE CONDENE A ISRAEL EN CONSEJO DE SEGURIDAD

El Partido Comunista de Chile condena con profunda indignación las atrocidades cometidas por el Gobierno de Israel en la Franja de Gaza y Cisjordania desde el pasado 28 de junio y en particular las masacres de noviembre en el poblado de Beit Hanoun, al norte de Gaza, en la última de las cuales el 8 de noviembre murieron 19 civiles palestinos.

Repudiamos la complicidad de los Estados Unidos con estos crímenes al vetar ayer 12 de noviembre una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU que condenaba a Israel por sus últimos ataques contra los palestinos en la franja de Gaza y en particular la matanza de Beit Hanun.

A pesar de contar con el voto afirmativo de diez países y cuatro abstenciones del resto de los miembros que integran el Consejo, no se aprobó el proyecto de resolución presentado por Qatar porque el voto en contra de EE.UU. tiene carácter de veto.

Como resultado de la brutal ofensiva del ejército israelí contra la indefensa población palestina en las últimas semanas, ya suman más de 200 los civiles muertos, de ellos 60 niños, y casi 1 000 heridos, lo que demuestra la naturaleza criminal del agresor, que goza del apoyo político, económico y militar de los Estados Unidos y con su veto en el Consejo de seguridad.

El gobierno de Chile no puede ser indiferente ni pasivo ante estas agresiones continuadas de las que es víctima el pueblo palestino. Callar es ser cómplices de la agresión terrorista de Israel contra el pueblo palestino.

Rechazamos la complicidad estadounidense con los crímenes terroristas de Israel y no aceptamos el silencio que favorece la impunidad de los crímenes sionistas contra el pueblo palestino.


PARTIDO COMUNISTA DE CHILE



10.20.2006

EL ENSAYO NUCLEAR NORCOREANO Y EL CONSEJO DE SEGURIDAD.

Hace algunos días el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó a Corea del Norte por el ensayo nuclear que llevo a cabo, en su camino hacia la consecución de armas nucleares. Del mismo modo, hace ya rato que se viene preparando el camino para hacer lo mismo con Irán si es que insiste en desarrollar fuentes de energía nuclear con fines pacíficos, y a pesar de que hace años comparto con la mayoría el sueño de un mundo sin armas de destrucción masiva, lejos de alegrarme por estas determinaciones de la “comunidad Internacional”, me inundó la rabia por esta nueva muestra de hipocresía y prepotencia de los que se creen dueños del mundo.

Claramente esta resolución en contra de Corea del Norte y el hostigamiento sistemático hacia Irán, lejos de buscar erradicar del mundo las armas nucleares, solo pretende eternizar un mundo en donde solo unos pocos socios en el poder y la dominación que se auto designan dueños de la verdad y del mundo, tengan la capacidad militar para imponer al resto de la humanidad su visión de sociedad y sus intereses.

Claro está que los ensayos nucleares norcoreanos representan menos del 1% de los ensayos nucleares que se han realizado en el mundo y claro está que Corea del norte jamás ha lanzado una de estas bombas contra población alguna. Tampoco ha bombardeado o invadido a un país que no este en conflicto directo con él y menos a alguno de los países que evidentemente representan una amenaza real para su existencia. Tampoco ha mentido para llevar a cabo acciones militares cuyo único propósito es controlar recursos naturales de carácter estratégico ni ha promovido dictaduras militares ni ocupaciones militares extranjeras sobre territorios de otras naciones, ni nada por el estilo.

Claro está, además, que a los mismos que les molesta tanto que Corea del Norte desarrolle armas nucleares, no les molesta que Israel, EEUU, Francia, Inglaterra y otras potencias mundiales las tengan, como no les molesta que Israel viole a diario los derechos humanos de millones de palestinos que viven bajo ocupación hace ya más de 55 años. Esta nueva demostración de la hipocresía mundial, que le viene restando legitimidad y credibilidad a las Naciones Unidas hace ya mucho rato, me recordó la tibia reacción mundial al ensayo nuclear que realizó Francia hace un par de años. Claro, Francia posee derecho a veto en el mismo Consejo de Seguridad que acaba de condenar a NorCorea y habría bloqueado cualquier intento de imponer sanciones similares a estado francés como EEUU bloquea cualquier intento de condenar o sancionar a Israel, haga lo que haga.

De esta manera, queda claro que lo que esta decisión busca no es impedir la proliferación de armas nucleares. Lo que está en juego es el poder hegemónico de los defensores del capitalismo que se resisten a que cualquier visión alternativa de mundo tenga un poder disuasivo que haga más difícil, si no imposible, su eliminación y aniquilamiento por la vía de la supremacía militar y el ahogo económico como el que la “comunidad Internacional” le ha impuesto al gobierno palestino, elegido democráticamente a instancias de los mismos que hoy lo pretenden hacer fracasar.

La preocupación de quienes se arrogan la representatividad de “la comunidad internacional” no reside en el daño que las acciones norcoreanas le hacen al sueño que la mayoría de los seres humanos compartimos de construir un mundo sin armas de destrucción masiva. Su preocupación es que ninguno de aquellos que no se subordinan ciegamente a sus designios hipócritas y antidemocráticos y que combaten la acumulación vergonzosa de la riqueza y de los beneficios del modo de producción en cada vez menos manos, con todos los costos sociales y humanos que ello conlleva, posean la capacidad de inhibir las intenciones del imperio de atacar para imponer sus designios cuando sus proyecciones económicas y políticas fallan.

Así las cosas, hoy quiero públicamente apoyar a Corea del Norte, no porque esté de acuerdo con las armas nucleares sino porque realmente me tiene agotado la hipocresía, el doble estándar y las mentiras de quienes hoy dominan el mundo.

Además, como resulta evidene que un mundo sin armas nucleares es imposible hoy en día debido a los afanes hegemónicos de EEUU y sus aliados políticos, económicos y militares, solo podemos elegir entre un mundo con armas nucleares solamente en manos de los poderosos y un mundo en que los débiles y los pobres posean una capacidad disuasiva equivalente a la de los primeros, que les permita optar por los caminos que ellos estimen conveniente para mejorar localidad de vida y lograra el bienestar para sus pueblos, sin el temor a ser intervenidos, invadidos o derrocados por quienes no toleran las desviaciones a sus designios...

Yo, con dolor y algo esperanza, me quedo con el segundo y valido el lamentable derecho de todos los países del mundo a tener armas nucleares mientras EEUU, Israel y sus aliados no se deshagan de las suyas y de todas las otras armas de destrucción masiva que poseen y mientras el orden mundial y las Naciones Unidas, funcionen más como un instrumento de dominación mundial que como un .foro internacional democrático en donde todos y cada uno de los países miembros sean aceptados como iguales entre sus pares.

10.19.2006

UN HOMENAJE A OMRI EVRON.

Uno de mis grandes amigos y hermanos me han enviado una información que no puedo dejar de compartir con ustedes:

Un miembro de las juventudes comunistas de Tel-Aviv, Omri Evron, ha sido sentenciado el pasado domingo 15 de octubre del 2006 a la prisión preventiva de 14 días por negarse a servir en el ejército de ocupación israelí. Al terminar el breve juicio fue enviado a una prisión militar y es posible que reciba una larga sentencia. Omri esta confinado en un calabozo de castigo por negarse a portar el uniforme y a obedecer las ordenes de sus superiores. Por negarse a perpetuar la injusticia, por atreverse, en definitiva, a mirarnos entre iguales como lo hacemos los comunistas, sin las lentes deformantes de los discursos religiosos y fundamentalistas, que hablan de tierras prometidas, de bienaventuranzas para os que sufren y de guerras santas, sin el dios dinero de por medio. En una carta que fue leída durante el juicio, dijo Omri a sus jueces militares:

"Me niego a servir en el ejercito pues de esta manera protesto por la prolongada ocupación militar del pueblo palestino. Esta inhumana ocupación persiste sembrando el odio y el terror entre los dos pueblos. Me niego a servir una ideología que no reconoce el derecho de los pueblos a la autodeterminación y a la coexistencia pacifica. No estoy dispuesto a contribuir con la opresión sistemática de la población civil, a la implantación de un régimen de apartheid en los territorios palestinos. Siento profunda vergüenza por la acción militar israelí en esos territorios y me repugna el hambre que se hace pasar a muchos y las humillaciones en los puestos de control. Me niego a servir de conejillo de indias de las industrias del armamento, las grandes corporaciones, los explotadores contratistas de todo tipo, que siembran el racismo y que se sirven de líderes cínicos para aumentar sus ganancias a costa del sufrimiento de los pueblos y la negación de los derechos humanos más básicos. Me niego a matar! Me niego a ocupar!"

Hoy, escribo solamente para honrar a este joven comunista con el que me identifico como el que más. Hoy escribo corto y preciso, para decir que me siento orgulloso de ser un militante comunista, chileno, de origen palestino y de tener compañeros esparcidos por toda a faz de la tierra y especialmente en Israel, con quienes me siento hermanado en sus luchas, en sus sufrimientos y en sus valores y principios. Hoy escribo para hacer un homenaje simple pero muy sentido a este compañero que en el corazón mismo del imperialismo, en uno de los últimos reductos de colonialismo en el mundo y arriesgándose a ser apartado de gran parte de su comunidad, ha tenido la valentía de poner por sobre cualquier consideración, su convicción en la posibilidad de construir un mundo mejor en donde nadie sobre, para todos y todas sin ningún atisbo de discriminación.

En la distancia quiero manifestar mi solidaridad y admiración por este y otros compañeros israelíes que como Omri, enfrentarán, en los próximos días juicios como el de él y decir que hoy más que nunca hace mucho tiempo, y gracias a la actitud de Omri y de sus compañeros, tengo la certeza de que el futuro es nuestro porque somos la reserva moral de la humanidad y a pesar de las persecuciones y de las cárceles, a pesar de la propaganda y los prejuicios de quienes nos temen o nos odian por ignorancia o por defender sus privilegios, a pesar del discurso único y del supuesto fin de la historia que algunos tan estúpidamente pregonaron, continuamos siendo la mejor si no la única alternativa de futuro para un mundo mejor.

Quiero terminar diciéndote, hermano y compañero, que si bien algunos en Israel se avergonzarán de ti y te mirarán como un traidor, somos muchos más los que, esparcidos por todo el mundo, nos sentimos orgullosos de tenerte como compañero, te sentimos parte de nuestra comunidad y de nuestra hermandad y te damos las gracias por desenmascarar al real enemigo de la humanidad, por darnos la esperanza y mostrarnos el camino.

Gracias compañero, los comunistas del mundo estamos contigo.

10.12.2006

RN Y SU PROPUESTA ELECTORAL.

Finalmente se aclaró el panorama político chileno, confirmando lo que era un secreto a voces: En Chile no existe una derecha democrática y todos los partidos de la derecha política siguen prisioneros de “la Obra” de la dictadura militar, tanto en lo económico como en lo político y sobretodo en aquello que guarda relación con las amarras dejadas en la constitución para asegurar el que Chile no se salga un milímetro del camino trazado por la dictadura en materia económica y política.

Esto se ha logrado en nuestro país mediante una constitución de origen ilegal y un sistema electoral que permite a la derecha obstaculizar cualquier intento de cambio democrático a través del sistema binominal y de los altos quórum para aprobar cambios sustanciales al ordenamiento jurídico nacional. Este sistema ha impedido que la discusión parlamentaria sea fiel reflejo de la diversidad de opiniones y cosmovisiones existentes en nuestro país, reduciendo su amplitud solo a quienes comparten el modelo económico y se reparten entre ellos las cuotas de poder que el mismo conlleva, con el acuerdo tácito de no poner en tela de juicio nada de lo sustancial del modelo, a pesar de las elocuentes demostraciones de su incapacidad para implementar soluciones concretas a los problemas que hace ya más de 30 años aquejan a nuestro pueblo.

Así las cosas, ha quedado claro que las demostraciones de supuesta apertura de Renovación Nacional no eran más que un show mediático para intentar ampliar su base electoral hacia el centro político representado por quienes se comienzan a agotar de la incapacidad de la Concertación para llevar adelante los cambios que chile necesita y solo tienen capacidad Para mirar a la derecha buscando el cambio solamente dentro de la continuidad.

La propuesta de modificación del sistema electoral, si bien contiene avances en la forma de eleción de las autoridades regionales y en otras materias, simplemente busca instalar en la opinión pública, con un disfraz democrático, a quienes requieren con urgencia dar demostraciones de blancura si desean tener, de verdad, alguna posibilidad de ser gobierno. De hecho, propone eliminar formalmente la exclusión pero consolidándola, al mismo tiempo, al darle a los sectores excluidos de la discusión una representación meramente simbólica que impediría seguir hablando de exclusión pero, al mismo tiempo, impediría que estas fuerzas pudieran negociar avances y cambios como los que el país requiere en materia social y política en virtud de su peso real en la sociedad chilena.

En definitiva, la propuesta de RN concibe una forma engañosa de mantener a firme el camino trazado por la dictadura, con la cual ha demostrado mantener una lealtad absoluta y evidente, mientras se evidencia un desprecio absoluto por el sentir de la mayoría nacional a la cual le siguen teniendo miedo debido a la certeza de que no comparten su visión de sociedad y de que la única manera de mantener el sistema es impidiendo que éstas se expresen.

Esto conlleva una visión absolutamente autoritaria e iluminada pues pretenden ellos suplantar la voluntad popular, con lo cual se ponen por sobre los mismos a quienes dicen representar, actitud que quedó en franca evidencia en la respuesta negativa a la sola posibilidad de implementar un plebiscito para construir una carta fundamental que represente de verdad el sentir de la nación. El argumeno fue que esto era inconstitucional como si la constitución fuera un libro sagrado y no la expresión de un acuerdo nacional, como debiera ser.

Este panorama, lejos de fortalecer los caminos democráticos, respaldan las posturas de quienes plantean que nada se conseguirá con la participación en las instituciones formales de nuestro país y cada día existirán más y más chilenos y chilenas, fundamentalmente jóvenes que se sentirán marginados y marginadas y que buscarán otras formas de hacerse notar y escuchar.

De la misma manera esta situación pone de manifiesto la nula voluntad política de algunos dirigentes de la concertación que no han sido capaces de definir políticas de alianza amplias en lo electoral y en lo político que permitan a nuestro país dar por terminada de manera definitiva la noche larga que significó la dictadura y que mediante estas amarras aun permanece casi intacta.

En este escenario podremos seguir luchando 15 años más por un sistema educacional de calidad para todos y todas y por salarios justos y pensiones dignas. Demoraremos 15 años más en redefinir el rol del estado en la protección de la pequeña y mediana empresa y podrán pasar tres gobiernos más antes de que las minorías se allanen a subordinar sus intereses a la opinión de las mayorías nacionales.

Luego, que nadie reclame si cada día más chilenos abrazan la protesta social y la movilización como único recurso para hacerse escuchar. Que nadie reclame si cada día menos jóvenes participan de la política y que nadie se asombre si estas instituciones que ya están lo bastante desprestigiadas como para guiar a nuestra sociedad, comienzan a ser el verdadero lastre para el futuro de la nación. El Partido Comunista de Chile, los Movimientos Sociales como el de los secundarios o el del Bloque Social por la Educación, parecen tener una vez más la razón, solo la movilización y la protesta social nos dará lo que las estructuras formales de dominación nos niegan.

9.27.2006

CHILE Y EL VOTO AL CONSEJO DE SEGURIDAD DE LA ONU.

Durante los últimos días hemos asistido a una discusión en que muchos actores han salido a entregar opinión acerca de si Chile debe votar por Venezuela o por Guatemala para ocupar el cupo latinoamericano en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Sin embargo, lo más impresionante ha sido el tono de la misma que ha girado en torno a los sentimientos de simpatía o rechazo que provoca el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, sin que nadie haya puesto al centro de la discusión, los objetivos y las atribuciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, como para intentar saber, efectivamente, que es lo mejor, no solo para Chile, sino que para el mundo entero.

Conforme a la Carta de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad tiene la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacionales. Está integrado por 15 miembros, cinco de los cuales son permanentes (China, los Estados Unidos, la Federación de Rusia, Francia y Reino Unido) mientras los diez restantes son elegidos por la Asamblea General por un período de dos años. El periodo de los miembros no permanentes concluye el 31 de diciembre del año indicado en el paréntesis correspondiente a cada uno de ellos. De estos 15 miembros, los cinco permanentes, que son como los países de primera categoría mundial, titulo nobiliario obtenido a partir de su triunfo en la segunda guerra mundial y del reparto de zonas de influencia que del mismo emanó, poseen derecho a veto, es decir, poseen la facultad de bloquear una decisión del Consejo aunque esta sea mayoritaria. Dicho de otro modo, son quienes dicen lo que se puede y no se puede hacer bajo el alero de las Naciones Unidas.

De acuerdo con la Carta todos los Miembros de las Naciones Unidas convienen en aceptar y cumplir las decisiones del Consejo de Seguridad. Éste es el único órgano de las Naciones Unidas cuyas decisiones son de obligado cumplimiento por los Estados Miembros, salvo destacadas excepciones, como Israel y otros aliados norteamericanos que no están obligados a cumplir ninguna resolución aun si esta fuera de consenso. Los demás órganos de Naciones Unidas solo hacen recomendaciones.

Cuando existe una amenaza contra la paz, la primera medida del Consejo suele ser la de recomendar a las partes que traten de llegar a un acuerdo pacífico. En algunos casos, el propio Consejo procede a la investigación y a la mediación. Cuando una controversia conduce a la lucha armada, la preocupación primordial del Consejo es ponerle fin lo más pronto posible. En muchas ocasiones el Consejo ha dictado directivas de cesación del fuego que han impedido la extensión de hostilidades. En otras, por la responsabilidad de alguno de los miembros permanentes que ejerce su derecho a veto o que derechamente ampara el uso desproporcionado de la fuerza y las violaciones constantes a los DDHH, se ha demorado tanto en resolver que se ha convertido en cómplice mediante su inmovilidad de masacres de poblaciones enteras y de bombardeos humanitarios, como les llaman los norteamericanos.

El Consejo también envía fuerzas de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz a las regiones donde hay disturbios y puede decidir sobre el uso de las Fuerzas Multinacionales de Paz. Conforme al Capítulo VII de la Carta, que le permite adoptar medidas coercitivas, sanciones económicas o acciones militares colectivas, en contra de países que no cumplan sus resoluciones.

En este contexto, resulta evidente que no cualquier país otorga garantías de colaborar con los objetivos y las atribuciones que el Consejo tiene y que en este caso cualquier país que subordine su política exterior a la política exterior norteamericana representa hoy por hoy una amenaza real para todo el planeta. Esto, debido a que desde la caída de la URSS, Estados Unidos y sus aliados incondicionales, han dado muestra más que elocuentes de su desprecio absoluto por el multilateralismo y han evidenciado el doble estándar frente a temas tan relevantes como el respeto a los derechos humanos, la democracia, las armas de destrucción masiva y el derecho internacional. De la misma manera, han demostrado que no trepidarán en mentir y en engañar a sus pueblos y al mundo entero por llevar adelante sus políticas de dominación y hegemonía mundial sobre los pueblos y los recursos naturales del planeta.

De más está recordar las mentiras para invadir Irak y las consecuencias que ellas han tenido para los iraquíes que hasta el día de hoy no conocen la democracia y siguen ocupados por una potencia extranjera que decide por ellos cómo guiar sus asuntos. De más está recordar, las violaciones a los derechos humanos y las restricciones a las garantías constitucionales que han llevado por toda la faz de la tierra con la excusa de su Ulva Universal Contra el terrorismo. De más está recordar el apoyo que EEUU otorga a monarquía absolutas del mundo árabe, solo porque estas se subordinan a sus intereses económicos. Para qué hablar del apoyo irrestricto a Israel y a su política de exterminio físico y político del pueblo palestino y del boicot que EEUU ha desarrollado en contra del gobierno palestino dirigido por Hammas una vez que esta agrupación política ganar las elecciones democráticas que los mismos norteamericanos le impusieron a los palestinos.

Resulta evidente que ante este escenario, votar por un país como Guatemala, cuya subordinación y compromiso económico con EEUU es por todos conocida, representa un golpe a la posibilidad de que el Consejo de Seguridad cumpla sus objetivos y utilice sus atribuciones en beneficio de la humanidad toda y no en beneficio de los intereses particulares de alguno de sus miembros en particular.

Por lo mismo, el mundo necesita la presencia en el Consejo de Seguridad de países que contribuyan a que dicha instancia sea reflejo del sentir mayoritario de la humanidad en su conjunto mediante la adecuada representación de todas las sensibilidades, culturas y visiones de mundo que coexisten en el planeta. De la misma manera, el mundo necesita de la presencia en el Consejo de seguridad de países dispuestos a enfrentar el terrorismo de Estado Norteamericano, su prepotencia y sus afanes hegemónicos. Necesitamos países que fortalezcan la posibilidad de unir a la comunidad internacional tras el respeto al derecho internacional, a la diversidad y a los caminos propios de cualquier pueblo que desee desarrollar una búsqueda original o no hacia su propio bienestar.

En este contexto, resulta evidente también que la Venezuela de Chávez representa mucho más la posibilidad de un Consejo de Seguridad equilibrado y en donde a los discursos acerca de los ejes del mal y los enviados divinos para salvar al mundo, se le opongan los discursos acerca de la presencia del diablo y de los intereses nefastos. Llama la atención que a algunos actores les molesten los discursos de Chávez y nunca les hayan molestado ni hayan levantado la voz para atacar los discursos de Bush, que sin duda, son más ofensivos y peligrosos que los de cualquier presidente del planeta.

Ha sido tan hipócrita la discusión que hemos escuchado incluso a la DC hablando de que no se puede votar por Venezuela porque es un país que busca injerir en los asuntos internos de otros países como si los chilenos hubiésemos olvidado el rol que jugó la DC, y particularmente Gutemberg Martínez en el intento de Golpe de Estado contra el presidente Chávez en el 2002 o como si el país hubiera olvidado las platas que la DC recibía del gobierno de EEUU para sus campañas políticas en la década del 60 y de cómo conspiró con gobiernos extranjeros para derrocar al presidente Allende.

Ha sido tan hipócrita la discusión, que los mismos chilenos que en otro tiempo conspiraron y se aliaron con EEUU para derrocar a un presidente democráticamente elegido hoy critican la solidaridad y las declaraciones de Chávez y las tildan de injerencia en asuntos internos. Destacable es en este sentido las palabras descalificatorias que ha tenido el presidente del PPD, Sergio Bitar, para con el presidente Chávez cuando fue uno de los primeros chilenos en salir a defender y legitimar al golpista de Carmona en el intento de Golpe de Estado en Venezuela en Abril del 2002.

Por último, quisiera plantear que Chile debe votar, sin titubear por la Venezuela de Chávez, dando una clara señal de su opción por la integración latinoamericana con independencia de Washington, debe además resistir las presiones norteamericanas que han intentado infantilizar a nuestro gobierno queriendo orientarlo como quien orienta a un niño. Debe por último votar por un país que asegure una posición, en el tema de la Reforma de NNUU, que vaya a fortalecer la democracia y el multilateralismo, que tienda a eliminar el derecho a veto de los miembros permanentes y que sea capaz de enjuiciar el doble estándar y la hipocresía de las potencias mayores que toman a la ONU solo como una caja de resonancia de sus intereses y afanes hegemónicos.

Si queremos combatir el doble estándar; si queremos una mayor rapidez para detener las acciones de los estado terroristas, incluido EEUU, si queremos mayor coherencia con respecto al tema de las armas de destrucción masiva; en fin si queremos un Consejo que sa un poco más de todos, Chile debe votar por Venezuela y contra cualquier candidato de EEUU.

9.24.2006

IGUAL QUE PINOCHET, BACHELET PROHIBE EL PASO DE MANIFESTACIONES POR LA MONEDA.

Hace tan solo un par de días, la presidenta Bachelet, en su tan comentado discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, planteaba en una velada crítica a Washington, que “cada vez que restringimos las garantías constitucionales y cedemos a la tentación de emplear métodos ilegales para luchar contra el terrorismo, damos una victoria a sus cultores, porque es sólo entonces cuando logran amenazar el espíritu de nuestras democracias”.

Un solo día después, como si el discurso en la ONU solo hubiera sido una representación teatral para la sociedad global, su gobierno optaba por prohibir el paso de futuras manifestaciones por el frontis de la Moneda en respuesta al lanzamiento de una bomba molotov en contra del Palacio de Gobierno durante la última marcha en conmemoración del Golpe de Estado que terminó con la democracia en nuestro país.

Efectivamente, como también lo dijo la presidenta, nadie tiene derecho a atentar contra La Moneda y nadie en su sano juicio puede defender un acto de esa naturaleza pero pretender impedir que estos hechos se repitan impidiendo el paso de las manifestaciones por La Moneda es querer tapar el sol con un dedo y atacar el síntoma sin siquiera plantear soluciones para enfrentar las causas últimas de una rabia contenida durante años por quienes no perciben que exista un lugar ni un horizonte para ellos en el actual sistema económico y social.

Resulta evidente, en todo caso, que el uso de la violencia callejera en las actuales circunstancias y en actos como el mencionado solo sirve a quienes pretende seguir instalando el temor como el poder detrás del poder en nuestra sociedad y para intentar justificar la represión y el uso de la fuerza desmedida por parte de las fuerzas de orden que con la excusa de enfrentar a los grupos más radicales pretenden amedrentar a la sociedad civil para evitar que cada día más chilenos se atrevan a salir a la calle para hacer de la movilización social una herramienta cada vez más efectiva para impulsar los cambios que nuestro país necesita y para demostrar el descontento creciente con la estabilidad neoliberal que tan bien ha blindado la Concertación, mediante la represión y la criminalización de la protesta social.

De la misma manera, nadie puede negar que la violencia ejercida por determinados grupos autoproclamados anarquistas constituye otra forma de represión en contra de quienes pacíficamente desean manifestar su dolor y respeto por las víctimas de una fecha tan macabra para la historia de nuestra patria como es el 11 de Septiembre de 1973, en la voluntad de cimentar la convicción de que nunca más, ninguna fuerza política, debe ceder a la tentación de imponer sus planes e intereses a costa de un quiebre institucional y de la vida de quienes legítimamente piensan distinto y actúan en consecuencia.

No tengo dudas acerca de la validez de todas las formas de lucha, pero tengo la certeza de que la oportunidad y legitimidad de cada una de ellas, la determinan las condiciones, contradicciones y objetivos planteados en cada periodo; las respuestas a que este dispuesta la clase dominante para detener la inevitable pérdida de privilegios que conlleva el avance político de las clases populares y la legitimidad y el apoyo social que cada forma de lucha logra concitar en determinado momento histórico.

Asi, no cabe duda que la lucha armada siempre será necesaria y justa para defender al pueblo; restituir y defender la democracia y enfrentar las violaciones a los derechos humanos, pero jamás será legítima para ser usada en contra del mismo pueblo en el afán de imponer caminos no compartidos por la mayoría de la sociedad puesto que dicha actitud conlleva el germen de la intolerancia y de la suplantación de la sociedad civil por castas de iluminados que pretender ser poseedores de la verdad más allá de lo que piensen y sientan las mayorías sociales..

Ahora bien, ni siquiera el consenso de la mayoría de los sectores en repudiar dicho acto constituye razón suficiente para que, contradiciendo su propio discurso en NNUU, el gobierno de la presidenta Bachelet haya optado por restringir las garantías constitucionales para evitar que estos hechos se repitan, empleando métodos que, si bien pueden ser legales, carecen de legitimidad y pretenden desviar la atención del verdadero problema que quedó al descubierto el 10 de Septiembre de este año en la marcha aludida y que es la nula respuesta que los gobiernos de la Concertación han dado a la marginalidad social que genera el modelo económico que tan eficientemente han administrado y que se ha convertido en caldo de cultivo, precisamente para quienes hacen apología de la violencia.
Sin duda que la respuesta del gobierno, tal como lo ha planteado la presidenta cuando el análisis no se refiere a la dominación que pretende ejercer su propio gobierno, alimentará aun más a aquellos que pretenden destruirlo todo y que no creen que el actual estado de cosas pueda superarse por la vía democrática y restará aun más credibilidad a una mal llamada clase política que entre transformar la realidad para buscar soluciones a los problemas que el modelo genera o parapetarse en las leyes para defender los privilegios de los cuales también disfrutan, siempre optan por lo segundo.

Sin duda, los organizadores de la próxima marcha en conmemoración del Golpe de Estado, pretenderemos legítimamente pasar por la moneda y seguramente será el próximo 11 de Septiembre un 11 aun más violento porque el gobierno ha preferido enterrar la cabeza como el avestruz ante un problema que no se resolverá restringiendo las libertades ni las garantías constitucionales de aquellos que tienen vocación democrática de verdad.

8.01.2006

RESPUESTA AL SR ZALIASNIK.

Llevamos años viendo a diario, como civiles inocentes entre ellos miles de niños, palestinos y libaneses, son asesinados por el ejército de Israel so pretexto de protegerse del terrorismo árabe y sin embargo como todos los buenos cómplices que Israel tiene repartidos por el mundo, el Sr Zaliasnik, en su carta a algunos medios el día 1 de Agosto, ubica el inicio del conflicto en donde le conviene a Israel y olvida deliberadamente que el terrorismo fue importado al medio oriente por los líderes de este país, incluso antes de la implantación en tierras árabes del estado de Israel en 1947. La explosión del hotel King David, Deir Yasin, Qfr Kasem y otros cientos de episodios entre los cuales destacan las masacres de Sabra y Shatila nos han mostrado con demasiada elocuencia que Israel es un estado fundado sobre la base de la mentira y el terrorismo.

Por otra parte, es cierto que el sufrimiento de civiles inocentes, tanto palestinos, como libaneses e israelíes es igualmente repudiable, pero no se puede olvidar que no son los civiles palestinos y libaneses, y tampoco sus gobiernos, los que ocupan territorios de Israel como Israel si ocupa territorios palestinos, libaneses y sirios, hace ya casi 40 años, oprimiendo y violando todos los derechos humanos de quienes ahí viven. Por lo mismo, resulta evidente que la principal causa y el responsable de los sufrimientos de los civiles inocentes de ambas partes de medio oriente es el estado de Israel y su discurso ideológico que lo instala en el lugar del “pueblo elegido para matar”. Sin embargo, no está demás plantear que cualquier civil que se va a vivir a territorios ilegalmente ocupados, o que apoya a los gobiernos israelíes que han demostrado en más de 55 años un total desprecio por el derecho a la vida y por los derechos humanos de los árabes, y que forman parte, por lo mismo, de una política sistemática de agresión y exterminio, puedan sentirse completamente inocentes.

Ahora bien, resulta evidente que a muchos de quienes profesan la religión judía en Chile no les es indiferente el conflicto. De hecho hemos visto por televisión a varios de sus hijos, cumpliendo el servicio militar en Israel, reprimiendo palestinos y demostrando a qué estado y a qué principios, le son leales. De la misma manera llama la atención la preocupación que el autor de dicha carta manifiesta por el hecho de que Hezbollah tenga armas de destrucción masiva y no mencione que Israel posee el mayor arsenal de armas de destrucción masiva del Medio Oriente, además de armas prohibidas por la comunidad internacional como las bombas de fósforo que hemos visto caer estos días en la franja de Gaza y en El Líbano sobre los niños palestinos y libaneses. Claramente su lectura del conflicto no es objetiva por ser parte interesada.

Por otra parte, es imprescindible recordar a nuestros lectores que Hezbollah nació en la década del 80 precisamente para contrarrestar las constantes y sistemáticas agresiones de Israel hacia el Líbano, en consideración de la ocupación que ese país sufre hace ya casi 25 años y de la debilidad del ejército regular de ese país que ha sido incapaz de enfrentar a la despiadada y terrorífica maquinaria de guerra israelí. Cabe destacar que el proyecto sionista que da nacimiento al Estado de Israel y que se mantiene vigente hasta el día de hoy, aspira a construir o reconstruir el Gran Israel desde el Nilo hasta el Eufrates, lo que incluye territorios de Egipto, Siria, Irak, El Líbano y por supuesto, Palestina..

Por último, me gustaría hacerle ver a la opinión pública que algunos dichos del Sr. Zaliasnik definitivamente se apartan de la verdad actual e histórica, primero, porque en sus argumentos omite deliberadamente la ocupación Israelí de los territorios árabes que perdura hace casi 40 años, en contra de todo el derecho internacional, y por otra, afirma que Israel se ha retirado de los territorios ocupados del Líbano, cosa que no es efectiva puesto que hasta el día de hoy mantienen Las Granjas de Sheba en su poder, contra todo el derecho internacional vigente. De la misma forma omite deliberadamente los derechos nacionales palestinos reconocidos internacionalmente y que incluyen el derecho al retorno a Palestina, desde donde fueron expulsados por Israel, la autodeterminación y el establecimiento de un estado palestino independiente con Jerusalen por Capital.

Como bien dice el autor de dicha carta, es necesario discriminar y reconocer claramente al agredido del agresor y en este caso una ocupación de 60 años, caracterizada por las masacres en contra de civiles inocentes y especialmente niños, caracterizada por la tortura y por las mismas prácticas que los nazis llevaron a cabo contra los judíos durante la segunda guerra mundial, sumada a miles de declaraciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de la ONU, reconociendo a Israel como un estado terrorista y racista, homólogamente comparable al apharteid sudafricano y que lo instan, además, a retirarse de todos los territorios ocupados explican con suficiente elocuencia quien es el agresor y quien el agredido.

7.24.2006

BOLIVIA, CHILE Y EL MAR.

En estos días hemos visto a la mayoría de los políticos partidarios del sistema, expresar su compromiso cínico con la soberanía nacional, negándose tajantemente a ceder territorio con soberanía para una salida al mar a nuestros hermanos bolivianos, luego de que el gobierno incorporara el tema marítimo en la agenda sin exclusiones acordada con el gobierno de cicho país.

Me parece necesario, por lo mismo, desenmascarar la hipocresía y el doble estándar de quienes abogan por defender o respetar la soberanía como excusa para no abrirse a negociar una solución mutuamente satisfactoria con los bolivianos mientras en nada les molesta que las empresas transnacionales saqueen nuestro territorio apropiándose de nuestros recursos naturales y destruyendo nuestro medio ambiente con toda la pérdida de capital natural que eso conlleva. Sobretodo me molesta que traten de explotar un sentimiento nacionalista acusando de antipatriotas a quienes estamos dispuestos a entregar mar a Bolivia olvidando que cuando los patriotas en Chile luchábamos por el retorno de la democracia y la libertad para nuestro país, ellos estaban poniéndole ruedas para venderlo al capital extranjero y repartiéndose lo que quedaba para asegurar el control económico de Chile hacia el futuro.

De la misma manera, resulta contradictorio, al menos, escuchar a algunos que se dicen partidarios de la integración de las economías y de la desaparición de las fronteras para el capital, negándose a tomar decisiones que favorezcan la integración de los pueblos como una forma de impedir que los mismos avancen hacia una relación más estrecha, no solo de integración económica sino también social y política marcada por la cooperación y respeto a los sueños compartidos.

Las excusas para negarse a hablar con Bolivia van desde lo más autoritario, como en el caso de la UDI que haciendo gala de la dictadura cultural que aun promueven algunos sectores en nuestro país, afirman que hay cosas en la vida sobre las cuales no se discute, hasta el respeto irrestricto a los tratados firmados, por parte de quienes con una posición menos dogmática insisten en negarse a la única solución que puede permitir aprovechar todas las sinergias y oportunidades que la integración regional puede significar para nuestro país.

De hecho parece necesario recordar que los Tratados entre países representan los sentimientos de los pueblos y de sus gobiernos en un determinado momento histórico, por lo que nadie puede pretender que un tratado que fue firmado a raíz de una guerra entre pueblos hermanos cuando el estado nacional en América Latina venía recién consolidándose y buscando fortalecerse, pueda representar los intereses y los sueños de los mismos pueblos, cuando la realidad actual habla de un mundo en constante cambio, mucho más competitivo y que demanda la conformación de bloques regionales cada vez más integrados para poder subsistir en un mundo global.

Por lo anterior es que me parece imprescindible hacer un llamado a todos mis compatriotas a entender que podemos satisfacer las legítimas aspiraciones bolivianas en una negociación mutuamente beneficiosa que incluya, por ejemplo, canje de territorios soberanos equivalentes más adquisición a precios preferenciales de gas y recursos energéticos, más libre uso de las aguas bolivianas para nuestro norte que tanta necesidad tiene de agua y cada día se seca más a raíz de la explotación de los recursos hídricos por parte de las mineras nacionales y extranjeras.

Por último deseo terminar saludando la actitud del gobierno de Chile al haber incluido la discusión sobre las aspiraciones bolivianas en esta nueva agenda sin exclusiones y al mismo tiempo, haciendo un llamado a perder el miedo e impedir que el temor se siga consolidando como el poder detrás del poder porque en chile también habemos quienes soñamos con una salida al mar para Bolivia y somos tan chilenos y tan patriotas como cualquiera y soñamos con avanzar hacia la integración latinoamericana como única vía para consolidar un camino independiente y soberano hacia el desarrollo de nuestra región, que ponga los sueños, las expectativas y las necesidades de los pueblos de latinoamerica por sobre la inmovilidad que esconde la estabilidad que solo es útil a la confianza y las utilidades del capital transnacional en nuestros países y que tanto costo ha tenido en 30 años de neoliberalismo para nuestros pueblos.

7.20.2006

VIVIENDA SOCIAL EN CHILE:ENTRE LA REALIDAD Y EL MITO.

Hace años que las políticas de vivienda social de nuestro país son presentadas como modelo en todo el mundo por el éxito que han obtenido en la disminución del déficit habitacional. Esta visión exitista ha sido propagada desde esferas de gobierno que con la vista puesta en las campañas electorales han conceptualizando las viviendas sociales como objetos casa, es decir, como una cantidad mínima de metros cuadrados orientados a satisfacer, fundamentalmente, el sueño cultural de la casa propia, sin lograr comprender el impacto que este espacio vital posee para la vida de las personas.

Por otro lado, ostentamos también el record de las viviendas sociales más baratas del mundo, lo que se ha logrado anulando la responsabilidad del estado en este tema y traspasando a los privados la ejecución y la responsabilidad de su ubicación en la trama urbana, con una baja significativa en la calidad de las mismas y ubicándolas en zonas periféricas, cuyo valor es solo compatible con los intereses de las constructoras que han hecho enormes utilidades a costa del ahorro, de los sueños y las expectativas de los más pobres de nuestra sociedad.

Una muestra dramática de aquello es el caso de las casas inconclusas entregadas en la ciudad de Calama, sin agua ni luz eléctrica, o las viviendas construidas en las cercanías de la planta de tratamiento de aguas servidas en la misma ciudad, o las casetas sanitarias entregadas en el sur, o aquellas que han debido ser demolidas en otras partes del país porque no resistieron siquiera, la primera lluvia luego de su entrega.

Esta cruda realidad, asistida por las fuerzas de la naturaleza, nos recuerda el verdadero lugar que ocupan las políticas de vivienda en nuestro país, desde la dictadura militar hasta nuestros días y nos llaman de manera urgente a no seguir por el mismo camino. Casas de nylon, casas chubi, casas enanas y otros apelativos peores muestran los verdaderos resultados de estas políticas que si bien han logrado disminuir el déficit, no han logrado atender las reales necesidades del habitar y han generado problemas sociales mucho más complejos y difíciles de resolver.

La vivienda debe ser entendida como un espacio, que incluye el entorno físico, social y ambiental; en el cual se desarrolla lo esencial de la vida, incluidas las relaciones sociales y la autorrealización de las personas. En síntesis, la vivienda debe ser asumida como el lugar privilegiado que condensa como en el mejor de los resúmenes lo esencial de la vida.

Pocos comprenden, por ejemplo, que la conformación de extensos y lejanos barrios construidos a partir de programas de vivienda social, homogéneos en sus características socioeconómicas y culturales, ha generado una especie de islas de pobreza en donde los problemas urbanos y sociales se agudizan generando una percepción desesperanzadora acerca del futuro, lo que se ha convertido en tierra fértil para el surgimiento de comportamientos fuera de norma y delincuencia, generando la creciente sensación de inseguridad ciudadana, tan de moda en nuestros días.

Problemas como el desempleo, la drogadicción, el alcoholismo, la deserción escolar, el embarazo adolescente y la desvinculación del resto de la sociedad, junto a la falta de equipamiento básico como salud y educación, el hacinamiento y la falta de privacidad al interior de la vivienda más la carencia casi absoluta de servicios ambientales capaces de mitigar los efectos de la contaminación y de la sobreexplotación de los territorios que acogen a nuestras ciudades, han contribuido a generar una nueva forma de exclusión social que agudiza la situación de desamparo y dificulta las posibilidades de abandonar el círculo de la pobreza.

Todo esto ha convertido las viviendas sociales en productos desechables que desde el minuto de su entrega pasan a engrosar el parque de viviendas deficitarias, generando un desarrollo urbano y habitacional a todas luces no sustentable, puesto que invierte una cantidad tremenda de recursos en acciones que no solo no logran solucionar los problemas para los cuales fueron diseñadas sino que además generan otros, mucho más difíciles de resolver.

De ahí que sea imprescindible ligar las políticas de vivienda a políticas de inclusión social que incorporen el acceso al trabajo, a la salud, a la educación, al esparcimiento y a la cultura, al deporte, a las áreas verdes y a los servicios ambientales necesarios para un buen vivir.

Se hace necesario por último, incluir en las políticas habitacionales criterios de selección de sitios y de diseños urbano que permitan incorporar temas como el cuidado y la protección del medio ambiente y el manejo de los territorios, para evitar que se repitan los tristes episodios de los últimos años, caracterizados por la ubicación de proyectos de viviendas en sectores inhábiles o de riesgo, absolutamente inapropiados para la vida humana, lo que ha devenido en pérdidas millonarias de recursos del estado desperdiciados en reparaciones de calles, viviendas e infraestructura básica, cuando no en la demolición de las mismas.

Por lo mismo es que aparece como urgente que el estado reasuma su responsabilidad en la producción de viviendas sociales sustentables porque claramente estas no pueden seguir siendo solo un buen negocio.


EL NUEVO PLAN DE DESCONTAMIANCION DE LA INTENDENCIA.

La intendencia de la región metropolitana acaba de presentar un decálogo de conductas ciudadanas para descontaminar santiago con el objeto de lograr el compromiso de la ciudadanía con le objetivo del plan de descontaminación.

Ahora bien, llama a atención que la intendencia no tenga un decálogo para sus propias actuaciones y que ante la evidencia de la necesidad imperiosa de un cambio de modelo de crecimiento urbano prefieran traspasar la responsabilidad a la ciudadanía ue claramente no es responsable de la política de suelo ni de las políticas habitacionales que tienen un impacto significativo en los problemas ambientales de nuestra capital.

Se pide a la gente que se abstenga de fumar pero nada se dice de intervenir el territorio para disminuir los viajes que los habitantes de la metrópoli están obligados a realizar para ir en búsqueda de trabajo, educación y servicios básicos, que es la mayor fuente de contaminación por polvo en suspensión.

Se recomienda humedecer el suelo antes de barrer pero nada se dice de la necesidad de detener el crecimiento en extensión de la ciudad que arrasa suelos necesarios para la infiltración de las aguas lluvias y los reemplaza por cemento aumentando las escorrentías superficiales y con ello las inundaciones los anegamientos de calles.

Se llama aplantar un árbol mientras se aprueban planes reguladores cuyo único objetivo es generar buenos negocios para las inmobiliarias que están arrasando con los árboles de las casas antiguas de todas las ciudades destruyendo un patrimonio ambiental irrecuperable y sin ninguna política de generación de nuevas áreas verdes que reemplacen a las que desaparecen.

Se llama a cuidar las áreas verdes mientras se arrasan con los suelos agrícolas para instalar viviendas sociales en la periferia urbana dejando sin ejecutar las áreas verdes que la ley exige a quienes ejecutan los conjuntos y que terminan siendo áreas cafés porque las municipalidades tampoco tienen recursos para hacerse cargo de las externalidades negativas de los lucrativos negocios de los privados.

La verdad, esta iniciativa de la intendencia recuerda ese chiste en donde un negro conversaba con un blanco y le decía:

Ustedes si que son especiales: cuando les da frío se ponen morados; cuando les da calor, se ponen colorados; si se queman al sol se ponen rojos primero y después café, y si se enferman se ponen amarillos y más encima nos dicen a nosotros: hombres de color.

Esta claro que mientras sigamos con medidas parches y sin hacernos cargo de los problemas de fondo que definen la contaminación seguiremos cada años con más emergencias y preemergencias ambientales con más niños y ancianos enfermos y gastando una enormidad de dinero de todos los chilenos en tratar de solucionar problemas que la falta de políticas serias causan por la ineptitud de nuestros gobernantes.

7.13.2006

HIPOCRESIA GENERAL, PROBLEMA NACIONAL.

Que los bolivianos liguen el tema del gas a la tan ansiada salida al mar para Bolivia molesta a gran parte de los chilenos. Que traten que Argentina no nos venda Gas a Chile para potenciar su poder negociador provoca indignación. Que los argentinos decidan cortar o disminuir sus envíos de gas a nuestro país, lo mismo. Que los bolivianos nacionalicen sus hidrocarburos y los ferrocarriles generan reacciones en el gobierno, que incluso llegan a expresar preocupación por el camino que han tomado las autoridades de ese país. Que los argentinos nos suban el valor de las bencinas y del gas irrita a todos y muchos comienzan a hablar de las actitudes que no favorecen la integración como si ellas solo estuvieran en nuestros vecinos.

La incoherencia y la hipocresía en algunos casos parecen haberse apoderado de los chilenos y chilenas por estos días. Se olvidan de que el 90% de nuestros compatriotas dicen ser partidarios del libre mercado, o la menos eso dicen los resultados electorales, y parece que nadie ha reparado que en el sistema de libre mercado al cual la mayoría adscribe (y me felicito de no contarme entre ellos), todo es mercancía y el que vende, decide cuando y como vende, pone el precio y las condiciones de venta y el que compra solo decide si quiere comprar o no. Este es el mundo que la mayoría en mi país, por ahora, ha elegido.

En este contexto parece ser que el gas de los bolivianos y argentinos efectivamente pertenece a ellos y pueden y les asiste el derecho de ponerle el precio que ellos estimen justo y las condiciones de venta que les parezcan adecuadas a la defensa de sus intereses.

Lo mismo pasa con el gobierno argentino. O acaso alguien se olvida cuando Codelco decidió guardar toneladas de cobre listo para vender con el objeto de subir el valor en el mercado internacional, buscando mayores recursos para nuestro país. Claro está que esa medida favoreció más a las multinacionales que a nuestro pueblo porque en nuestro país al gobierno le interesa más la confianza de los inversionistas extranjeros, los equilibrios macroeconómicos y la regla del superávit fiscal que el destino y la calidad de vida de sus ciudadanos…pero esa es una opción validada por el apoyo que este sistema y la coalición gobernante, parece que tienen.

A mí, en cambio, me encantaría que nuestro país le aplicara un royalty de verdad a la extracción de recursos naturales no renovables, encareciendo su precio a los compradores extranjeros y a los operadores transnacionales. Me encantaría además que esos recursos fueran utilizados para entregar casas dignas a nuestros compatriotas más pobres, por ejemplo, y educación de calidad a nuestros jóvenes. Me encantaría que el sistema de salud incorporar de manera más importante el tema de la salud mental y dotara a todas las comunas de sistemas efectivos para combatir algunas enfermedades mentales que provocan estragos en la calidad de vida y que e algunas ciudades han generado importantes cifras de suicidios juveniles. Me encantaría, por último, y lo encontraría de toda justicia, que los empresarios transnacionales pagarán a las trabajadoras y los trabajadores chilenos lo mismo que pagarían en su país a los trabajadores de allá. Claro está que eso eliminaría la iversión extranjera que viene a producir a Chile solo porque aquí le sale más barato hacerlo porque pagan peores sueldos y no cuidan el medioambiente

Pero eso en mi país no es una posibilidad. La globalización ha amarrado de manos a nuestros gobiernos con la complacencia de nosotros mismos. Y ahora, ya no pueden tomar decisiones soberanas a favor de nuestro pueblo sin tomar en consideración los verdaderos dueños de las riquezas de nuestro país, los inversionistas extranjeros.

Hablamos de integración regional cuando nos conviene y buscamos privilegios, pero no cuando optamos por privilegia os tratados bilaterales con países lejanos y no con nuestros vecinos. Hablamos de integración pero preferimos subordinarnos a la política norteamericana y no hacer causa común con nuestros hermanos latinoamericanos que se han levantado en contra de las políticas neoliberales. Hablamos de integración pero cuando hay que buscar una explicación ala delincuencia y al desempleo, buscamos rápidamente entre los inmigrantes para expiar las culpas del sistema y seguir adelante sin que nada cambie de verdad. Al mismo tiempo, tratamos a los profesionales extranjeros con particular dureza si cometen algún error que cuando lo comete un con nacional, pasa desapercibido. Intentamos cerrar las fronteras y ejercer un mayor control al movimiento de la fuerza de trabajo y sin embargo le abrimos la puerta y defendemos la completa libertad de movimiento a los capitales transnacionales.

Tratamos de atacar los síntomas sin comprender las causas. Quizá algunas de las medidas de los gobiernos de nuestros vecinos no me gustan y seguramente tendrán algún impacto en mi vida diaria Quizá encarezcan un poco mi vida. Pero saludo a todos los gobiernos que son capaces de tomar decisiones en favor de sus pueblos poniendo las necesidades de los postergados de siempre por sobre la consideraciones de os inversionistas extranjeros y de un modelo de apertura unilateral impuesto a la fuerza por quienes siguen protegiendo a sus industrias y a sus pueblos sin importar lo que pase con los otros.

Para avanzar hacia una verdadera integración regional debe establecerse un intercambio justo que repare las desigualdades generadas por siglos de desarrollo desigual en virtud de la usurpación de nuestros recursos naturales que han financiado desde hace siglos el desarrollo industrial de primer mundo. Para avanzar en una verdadera integración deberemos tomar como propias las expectativas de nuestros vecinos y buscar formas para realizar intercambios en donde todos ganen y los beneficios sean fundamentalmente para los pueblos. La integración de las economías no siempre tiene que ver con la integración de los pueblos y es ésta la que debe guiar nuestros actos y nuestras reacciones a las medidas legítimas que tomen los otros gobiernos, sin importar si nos gusten o no. En ese contexto avanzan algunas naciones de nuestro continente y me alegro profundamente que así sea.

El otro camino es seguir actuando de manera hipócrita y hablando de integración solo cuando esta favorece a nuestros intereses. Es seguir echando la culpa de nuestros problemas a nuestros vecinos y continuar desarrollando un nacionalismo chovinista y ciego que es incapaz de atender las causas reales de los problemas y se contenta simplemente con mirar lo que desea ver. Nunca hay que olvidar que el hecho de que nuestros gobiernos nunca tomen medidas a favor de nuestro pueblo que puedan afectar a los intereses de otros actores extranjeros es un problema que solo corresponde a nosotros con nuestro voto solucionar. Y para exigir actos favorables a la integración, tengo la percepción que deberemos hacer gestos, primero, nosotros.

7.10.2006

ISRAEL O LA ESQUIZOFRENIA COLECTIVA.

Por estos días el pueblo palestino vuelve a ser objeto de una de las demostraciones más bárbaras de la civilización contemporánea. Amparados en la hipocresía colectiva de algunos de los gobiernos mundiales y haciendo uso de la supremacía militar, de su alianza con los poderes mundiales y de su auto percepción de que han sido elegidos por algún dios para desarrollar un plan en la tierra del cual los únicos beneficiarios son ellos, los israelíes arrasan con todo, asesinan niños y civiles inocentes, destruyen viviendas completas de familiares de los miembros de la resistencia palestina y la infraestructura básica de poblados completos como castigo colectivo a un pueblo cuyo único delito es resistir una ocupación ilegal que dura ya casi 40 años.

Como si esto fuera poco hacen prisioneros a los miembros del gobierno y del legislativo palestino y tienen la desfachatez de acusarlos a ellos de terrorismo y exigirles que reconozcan el derecho a existir de Israel, antes de dialogar. Pero …quién debe reconocer a quién. Los palestinos no han bombardeado la sede del gobierno Israelí ni han tomado prisioneros a sus legisladores. No ocupan territorio de ese país ni torturan, ni matan a sus, ciudadanos, pero este mundo parece estar loco y al parecer, vive al revés.

Si hoy yo desapareciera por unos cuarenta días y al cabo de ello retornara a donde mis seres queridos, amigos, amigas y les planteara a ellos y a la sociedad toda, que he vivido una revelación de un nuevo dios, que sí es el verdadero y que este me ha prometido para mi y para mis descendientes, debido a mi lealtad y en desmedro de quienes la habitan hoy, una tierra estratégicamente ubicada, con excelentes proyecciones económicas y que resulta atractiva para gran parte de la humanidad, seguramente me tildarían de loco y no pocos de quienes me rodean se reirían en mi cara de mis falsas pretensiones.

Sin embargo, en virtud de la libertad de pensamiento y la tolerancia que, se dice, existe en el mundo contemporáneo, nadie haría nada por cambiar mi forma de pensar, ya que cada cual puede creer en lo que quiere y vivir según eso mientras no dañe ni atente contra los derechos esenciales de los otros.

Ahora bien, si además de asegurar que dicho dios me ha regalado una tierra en donde no vivo, asegurara yo que el mismo dios me ha instruido que vaya a ella con aquellos a quienes logre convencer de esta prometedora empresa y mate a todos y todas quienes viven en ella y decidan interponerse en mi camino hacia la realización del plan divino encomendado, que destruya sus casas y caminos, que viole a sus mujeres y niños, que sepulte su historia y elimine del mapa sus escuelas y la infraestructura que poseen para satisfacer sus necesidades básicas. Si, en definitiva, planteara a mis seguidores que el hecho de haber sido elegido con mis familiares y amigos por ese dios, para habitar esa tierra prometida, me da el derecho, sagrado por cierto, para aniquilar y destruir, violar y aterrorizar, humillar y violar a todos y todas quienes habiten ese territorio y decidan resistir mi invasión… no solo mis amigos sino que la sociedad en la que vivo, seguramente, intentaría aislarme y someterme a un tratamiento médico para que tratase de recuperar la cordura.

Pero si esto no fuera posible, seguramente me encerrarían en algún centro de rehabilitación para proteger a la sociedad del peligro que mi ideología reviste para la seguridad y los derechos de las personas, sin descontar a más de alguno que preferiría eliminarme por considerarme un peligro demasiado letal para la sociedad.

Ahora, si por ventura antes de ser detenido, algunas y algunos ciudadanos de este mundo me creyeran, ya fuera por indiferencia o por simple ignorancia, y lograra yo conformar una organización poderosa para llevar a cabo mis deseos y los de mi dios y para ello me aliara con los países más poderosos del mundo, que se interesarían por mi negocio, con la mira puesta en los beneficios que el control de dicho territorio pudiera significarles y desarrollara una invasión despiadada y arrasara con todo, con la complacencia y el silencio cómplice de los gobiernos del mundo, si todo eso pasara, nos encontraríamos con un caso similar, por no decir idéntico, al del Israel de hoy.

Claro está, seguramente nos encontraríamos con la resistencia de ese pueblo que desarrollaría todas las formas de lucha para enfrentar a esta demostración de soberbia y fuerza descontrolada en virtud de un engaño original que solo es comparable con la esquizofrenia. Pero yo y mis aliados habríamos desarrollado toda una maquinaria de desinformación mundial que sería capaz de acallar cualquier intento de la sociedad por llevar la verdad al mundo entero y podría yo seguir actuando en la más completa inmunidad.

Por supuesto, este engaño daría pauta para el surgimiento de otros engaños similares y más de alguien podría llegar a pensar que bienaventurados son los pobres y que tienen hambre y sed de justicia y que ellos serán beneficiados o saciados después de muertos si creen en otros dioses y aceptan con resignación su suerte en este mundo de locos; y otros llegarían a plantear que alguna guerra, por justa que pueda parecer, pudiera llegar a ser santa y que pueden haber bombardeos humanitarios y que las vidas humanas perdidas pueden llegar a ser daños colaterales o errores no intencionados.

Claro está, la esquizofrenia es una de las enfermedades mentales más serias que hoy conocemos y ocasiona una gran perturbación en las relaciones sociales de las personas que la sufren. Tiene tendencia a evolucionar hacia la cronicidad y no existe un tratamiento curativo en la actualidad, lográndose únicamente una remisión de los síntomas con el uso de antipsicóticos. Claramente hace 5000, 2006 y 1400 años, nadie la conocía y parece que la tardanza en descubrirla nos tiene prisioneros de una de las páginas más negras de la historia de la humanidad.
Los relatos que elaboran quienes padecen esta enfermedad pueden no ser confiables porque se detectan incongruencias que nadie es capaz de aclarar y en el curso de pensamiento pueden encontrarse las clásicas disgregaciones que son el resultado de incoherencias en las ideas. En el contenido del pensamiento se encuentran las ideas delirantes, que pueden ser de tipo paranoide, místico, religioso, de grandeza, de influencia extraña, de despersonalización o de desrealización.
Pero lo más dramático es cuando la esquizofrenia comienza a apoderarse de parte importante de una sociedad que cree que la injusticia termina siendo lo justo y comienza lo sano a parecer enfermo y disruptivo mientras lo enfermo, comienza a establecerse como lo sano y lo normal.

Hoy vemos a una sociedad completa que está enferma de odio y cegada por una ideología que ha provocado tal alteración de la realidad en sus entrañas y en sus cabezas; que violando a diario los más elementales derechos humanos del pueblo palestino sobre el cual han edificado su proyecto, supuestamente divino, se sienten víctimas.

Hoy asistimos a un discurso absolutamente esquizofrénico que ha reinventado la historia poniendo el inicio de la misma en el lugar que a ellos acomoda para justificar lo injustificable. Tratando de convencer al mundo que el culpable de todo es el terrorismo palestino y no una ocupación ilegal que dura más de 40 años y que ha mostrado un desprecio absoluto por el derecho internacional y por los más básicos derechos humanos y sin embargo, se sienten víctimas.

Hoy asistimos también a una comunidad universal que grita y rechaza tajantemente los atentados suicidas de los palestinos o el discurso fundamentalista de algunos musulmanes, o el programa nuclear de norcorea y de Iran pero que aplaude y tolera de manera cómplice los asesinatos de familias enteras y el castigo colectivo sobre un pueblo completo solo porque algunos de sus miembros han decidido resistir una injusticia sin igual en la historia contemporánea, solo comparable con el apharteid sudafricano o con el nazismo que bajo premisas similares a las utilizadas por los israelíes se arrogó el derecho de matar a los antepasados de los criminales de hoy.

Esa misma comunidad no hace nada cuando los países poderosos y algunos otros como Israel desarrollan sus armas de destrucción masiva, cuando mienten y cuando se arrogan el derecho a juzgar al mundo entero desde sus cómodos escritorios, en nombre de dios, algunas vírgenes y la libertad.

Claro está que mientras esta situación de esquizofrenia colectiva y este apego a dioses y discursos ideológicos continué como mínimo común denominador del pensamiento contemporáneo; mientras sigamos creyendo que la injustita es un regalo divino o que la guerra puede ser santa; no habrá posibilidad de hablar de paz justa y duradera ni en Palestina ni en cualquier parte del mundo, pues condición sine qua non para ella será que los pueblos abandonen esos discursos que en 5000 años de historia solo han generado muerte y destrucción. Mientras alguien crea que algún dios puede haber puesto los bienes en la tierra solo para un puñado de hombres y mujeres mientras los otros se debaten entre la pobreza, la desesperanza y la miseria no serán posibles ni las patrias inclusivas ni los mundos mejores para todos y para todas.

Mientras perdure la incapacidad de entendernos y mirarnos como iguales, depositarios del mismo derecho a vivir en paz, en la tierra que nos vio nacer a nosotros y a nuestros padres y mientras sigamos educando a las futuras generaciones en la mentira y en el dio hacia lo distinto, como una forma de ignorancia que provoca temor y que convierte a este mismo temor en el poder detrás del poder, seguiremos esperando quizá 5000 años más de enfrentamientos económicos expresados en forma de odios religiosos o falsas ideologías que se seguirán negando a ver las causas de los problemas mientras atienden rentablemente solo a los síntomas.

6.26.2006

CON ALLENDE EN LA MEMORIA Y EN EL CORAZÓN.

En un día como hoy, hace 98 años, nació una de las personas que más ha marcado mi desarrollo como sujeto. Me refiero al presidente Salvador Allende G, quién fuera derrocado y asesinado en un cobarde golpe de estado encabezado por el General del Ejército Augusto Pinochet U., orquestado por la Derecha y la Democracia Cristiana, financiado y dirigido desde Washington por el imperio.

Este hecho representó para chile uno de los retrocesos políticos, sociales y culturales más grandes en la historia patria, cancelándose una serie de derechos y conquistas populares tendientes a la creación de un país más humano, sin considerar todos los crímenes y violaciones a los derechos humanos sobre los cuales se cimentó su programa de revolución neoliberal.

Quienes pretendieron acabar con su obra, sin embargo, no lograron más que retrasar un proceso que tarde o temprano volverá a desarrollarse. Las manifestaciones estudiantiles, a pesar de su inmadurez y su espontaneidad, dan testimonio elocuente de aquello.

Cómo no estar convencido de que los sueños de Allende siguen vigentes si lo que piden hoy los secundarios, saliendo a la calle a lo largo de todo el país era en tiempos de Allende, un derecho garantizado por el Estado para todas y todos los estudiantes de nuestro país.

Cómo no estar convencido de la vigencia de su programa de gobierno cuando veo las casas que construyó el gobierno popular, y que se entregaban de manera gratuita porque la vivienda digna era un derecho constitucional, como se mantienen, hasta el día de hoy, en estupendas condiciones, integradas a la ciudad y sin peligro de inundaciones ni deterioro precoz, mientras que las casas construidas en los últimos 30 años, tanto por la dictadura como por los gobiernos de la Concertación, son conocidas por su mala calidad y por que solo han servido para llenar los bolsillos de las inmobiliarias de tremendas utilidades sin que nadie se haga responsable por ellas una vez entregadas.

Cómo no seguir siendo allendista y con orgullo, cuando recuerdo las medidas de reparación impulsadas por el Chicho a favor de nuestros hermanos mapuche mientras veo, hoy en día, cuando son tratados como extranjeros en su propia tierra, perseguidos humillados y condenados por leyes hechas en dictadura por reclamar lo que les pertenece por derecho.

Como no seguir siendo allendista cuando recuerdo la nacionalización del Cobre mientras veo como las transnacionales de la minería saquean a diario mi país, llevándose nuestras riquezas, sin siquiera dejar en Chile lo suficiente para brindar a nuestro pueblo una vida digna.

Cómo no seguir queriendo construir el socialismo con Allende en la memoria cada vez que veo las calles de mi ciudad plagadas de jóvenes buscando su destino en la droga, en el alcoholismo o la prostitución infantil o jugando a ser malabaristas o artistas callejeros porque la sociedad en la que viven no les ofrece un lugar algo mejor.

Podría seguir de manera interminable justificando mi orgullo de sentirme en algo depositario del legado de unos de mis grandes maestros pero no quiero correr el riesgo de aburrir a nadie con un sentimiento tan íntimo como inmenso.

Solo quiero terminar festejando como la figura de Allende se agiganta con el paso del tiempo, en el imaginario colectivo de las nuevas generaciones, mientras quienes lo traicionaron y quienes traicionaron a la democracia comienzan a esconderse llenos de vergüenza y temor para no ser reconocidos, no importa el tiempo ni la distancia, como lo que son.

6.01.2006

BRUTALIDAD POLICIAL, VERGÜENZA NACIONAL.

Definitivamente la figura del enemigo interno sigue estando presente, como una huella indeleble, en el código genético de nuestras fuerzas armadas, de orden y seguridad.

Por más que se esmeren, las autoridades militares y de carabineros, en presentar ante la sociedad una nueva cara, bajo el paraguas de una nueva doctrina institucional, la doctrina de seguridad nacional y el compromiso con un modelo económico y no con la sociedad a la que deben proteger, es lo que caracteriza a las fuerzas policiales del Chile de hoy.

Las imágenes que hemos visto en estos días de carabineros atacando y golpeando de manera brutal, enfermiza y sin razón a manifestantes de escasos 15 años, golpeando a periodistas y jactándose de las violaciones a los derechos humanos en las que incurren como si fueran actitudes heroicas, muestran a una policía llena de odio y que se entiende a si misma, solo como un instrumento de dominación de clase y no como eufemísticamente la definen los textos legales y sus propias supuestas prácticas y doctrinas.

Ellas sienten que su función y motivo de existencia es reprimir y aniquilar cualquier intento, de cualquier grupo social, por generar cambios al sistema impuesto a sangre y fuego por la dictadura militar y se identifican a tal grado “la obra del gobierno militar” que cuando observan a alguien o a algún grupo social criticarla, se sienten criticados ellos mismos como s el modelo neoliberal y las fuerzas armas y de orden fueran una y la misma cosa..

Esa doctrina, que surgió de la misma fuente de la que nació el Consenso de Washington y la doctrina neoliberal, ha marcado de manera casi permanente a nuestras fuerzas armadas y recuperarlas para el pueblo de Chile se presenta hoy como una necesidad urgente e impostergable. No vayamos a tener que arrepentirnos nuevamente de alguna víctima inocente asesinada solamente por el delito intolerable de pensar y soñar con un mundo mejor.

Y las posibilidades no son muchas: o la decisión de criminalizar la protesta social es una decisión que viene de los más alto de las esferas de gobierno; o las fuerzas de orden tienen vida y política propias, independientes de las autoridades civiles, elegidas mediante elecciones formales y supuestamente democráticas. Claramente la remoción de uno de los responsables no es respuesta suficiente a lo que todo Chile observó por las pantallas de televisión. El gobierno deberá demostrar con sanciones mucho más ejemplares, tanto a los responsables políticos como a los responsables directos de lo que vimos, que no comparte el accionar de carabineros y que , como suele decirse, nadie está por sobre la Ley.

El desarrollo organizacional plantea que cuando determinada cultura organizacional es demasiado fuerte y definida, logra trazar una frontera impermeable entre los valores de dicha organización y los de la sociedad en la que se inserta.

Esto podría significar que la cultura organizacional de las fuerzas armadas y de orden que Pinochet refundó en nuestro país, luego del golpe de estado, podría ser tan sólida que no se deja permear por los cambios culturales que se supone han operado en chile en los últimos años.

Será tarea del gobierno de turno, generar las condiciones para que la cultura nacional en reconstrucción, supuestamente democrática participativa e inclusiva, además de respetuosa de los derechos humanos permee de una vez por todas y de manera clara a estas instituciones que no son ni deben ser un fin en si mismo, ni un instrumento de dominación de una clase sobre otra, y mucho menos, los perros cancerberos de un modelo económico que la mayoría de país comienza a rechazar.

Si esto no sucede en un plazo relativamente breve, que nadie se sorprenda entonces cuando volvamos a ver en la calle a, cada día más, jóvenes encapuchados, enfrentándose a carabineros como si fueran enemigos, pues la definición nace, no de los jóvenes, sino de la actitud de carabineros de tratarlos como tal, de la misma manera como lo hicieran durante la dictadura militar, lo que constituye una señal demasiado elocuente para no entenderla.

Vanos serán los intentos de convencerlos de actuar a cara descubierta y bajo los criterios democráticos de quienes violan sus derechos fundamentales, cuando la realidad dice que es mejor desconfiar de las autoridades y de los uniformados y cuidarse de un estado que te considera un enemigo interno, por el solo hecho de soñar una sociedad mejor y atreverte a construirla mediante la movilización social y la lucha callejera. Sobretodo si consideramos que ni siquiera el sistema electoral es capaz de dar garantías mínimas de representación a quienes no son partidarios del modelo, y solo te deja esas herramientas para hacerte escuchar y para ser considerado como un verdadero sujeto social y político.

No puedo terminar de escribir sin volver a saludar a los secundarios y agradecerles por la tremenda lección que nos han dado a la sociedad toda, mostrándonos el camino por el cual deben transitar nuestros sueños de cambio real, la unidad, la movilización y la lucha social.

5.29.2006

SECUNDARIOS...DE PRIMERA.

Nuevamente los secundarios estremecen al país. Sorprende su organización y la radicalidad de algunas de sus acciones. A algunos les molestan incluso más de lo necesario. Sobretodo a aquellos que desde que son gobierno, se olvidaron de cómo ellos consiguieron lo poco que tenemos mientras ahora, dicen, no conversan con los estudiantes movilizados.

Comienzan unos pocos colegios y antes de que nadie reaccione, el movimiento es nacional y el gobierno, muy bien gracias, repitiendo todos como loros, lo espléndido que lo han hecho en estos 16 años de gobierno amparados en resultados electorales y en el reconocimiento sin límite de quienes eran sus archienemigos hace solo algunos años.

No sorprenden, sin embargo, sus demandas. Puesto que no son distintas de las que otros secundarios, año a año y por más de 25 años consecutivos, han venido exigiendo a los distintos gobiernos que han pasado por la Moneda, sean estos democráticos o de facto: gratuidad del pase escolar, gratuidad de la PSU y reformulación de la LOCE (Ley Orgánica Constitucional de Ecuación) que se mantiene inalterada, en su esencia, desde la dictadura militar. A ellos se suman demandas menores como el término de la Jornada Escolar Completa pues consideran innecesario estar más tiempo en el colegio para aprender más de lo mismo o menos.

Tampoco sorprende, a estas alturas, la reacción del gobierno de Bachelet. Desde Coyhaique, el ministro de educación Martín Zilic, ha dicho, intentando calmar los ánimos, que los problemas no se solucionan de un día para otro. Mientras se desarrollan las mismas respuestas que las que daba Pinochet antes de la era Concertación.

Reprimir fuerte las protestas para asustar a los neófitos y criminalizar al movimiento tratando de culpar a los culpables de siempre, a los comunistas, de andar inventando problemas inexistentes para mantener una influencia social que, afortunadamente para algunos, el sistema binominal ha conseguido mantener al menos, fuera del Congreso Nacional.

También han intentado infiltrarlo, para radicalizarlo y hacerlo colapsar desde adentro, justificando la represión y la negativa permanente a sentarse a dialogar en serio y a buscarle una solución definitiva a un modelo de educación que por donde se le mire, resulta un total y absoluto fracaso, a lo largo de sus 17 años de vida, en la criminalización del movimiento para desprestigiar sus demandas.

Para la Concertación, los 17 años de dictadura fueron una eternidad, pero los 16 años de gobierno que cargan en sus hombros y en sus bolsillos, les parecen poco tiempo para solucionar problemas que todos reconocen, pero para los cuales parece no existir voluntad real de buscar una solución. Tampoco le parecen suficientes los miles de millones de dólares de ahorro que Chile ha logrado almacenar por el histórico precio del cobre y por la regla estúpida del superávit fiscal.

Todo ese dinero no alcanza para satisfacer las demandas estudiantiles que solo aspiran a que un derecho humano universalmente reconocido, como es la educación, sea asumido por el estado como un derecho para todas y todos los estudiantes chilenos. Sobra dinero para renovar el material de guerra y para mantener sobresueldos y pensiones dignas para los miembros de las fuerzas armadas, pero para las pensiones de nuestros viejos y para educación, simplemente no hay dinero. Sobra el dinero para subvencionar a las transnacionales que se llevan todo lo que quieren de nuestra tierra sin siquiera pagar la renta correspondiente. Sobra dinero para dar confianza a los inversionistas y para gastar en campañas millonarias pero para lo verdaderamente importante… no hay suficiente dinero. Francia se propone apoyarnos para ingresar al exclusivo mundo de los países desarrollados mientras que para nuestros jóvenes, el país sigue siendo un país pobre, sin recursos para la educación y otras nimiedades.

Y en vez de discutir el país que queremos para discutir luego como lo financiamos y que cambios hacemos, ellos nos invitan a dialogar para partir informándonos acerca de cuanta plata hay, para qué luego veamos para que nos alcanza con eso, sin tocar en nada los grandes privilegios que ostenta ese 5% de chilenos que nos ha convertido en uno de los países con peor distribución de la riqueza en el mundo.

Y para colmo, pretenden después de 16 años de gobierno, escudarse una vez más echándole la culpa a la dictadura de Pinochet, a esa que la Democracia Cristiana convocó para supuestamen6e salvar al país, y que las cúpulas socialistas han terminado legitimando con su apego irrestricto al modelo heredado de ella. A nadie se le puede ocurrir exculpar a la derecha por todas las leyes de amarre que aun existen pero tampoco nadie puede pretender, después de 16 años seguir insistiendo que el modelo que la concertación ha administrado con tanto celo y éxito mediático solo pertenece a la dictadura y a la derecha económica que bastante a gusto se siente con la concertación en el gobierno.

Y mientras los jóvenes exigen del gobierno derecho a participación para trans-formar (Cambiar de Forma) el sistema, el ofrecimiento que obtienen del gobierno es una participación para en-tender (o entrar en la tendencia) los cambios que han operado en el mundo y que hacen inviable para algunos tener un país en donde la educación sea un derecho y no un privilegio.

Desde esta pequeña tribuna un saludo fraternal y revolucionario para todas aquellas y aquellos estudiantes que han despertado nuevamente las esperanzas de muchas y muchos por cambiar este país y hacer de él lo que queramos hacer y no lo que nos dicte el consenso de Washington.

Desde esta pequeña tribuna, un irrestricto apoyo para quienes hoy continúan una lucha de muchas generaciones de secundarios, esperando que en un futuro no muy lejano puedan asumir otras deudas pendientes que las generaciones mayores mantenemos con vuestros sueños y con vuestros derechos inalienables.

Desde esta pequeña tribuna un sincero agradecimiento y un llamado esperanzador a que sean realistas pidiendo lo imposible porque no pueden ser el futuro si no son desde hoy. El presente.

Me gustan los estudiantes… y me gustan mucho más cuando además de aprender nos enseñan y nos recuerdan que la única batalla que se pierde es la que no se pelea.